Juan Roman Riquelme Gremio Boca Copa Libertadores 2007 20062007Getty

EXCLUSIVA - Juan Román Riquelme a GOAL: "Si sos bueno tenés que ganar la Copa Libertadores"

Hablar de Juan Román Riquelme es hablar de Boca y de la Copa Libertadores, esa obsesión con forma de trofeo que el 10 pudo conquistar en tres oportunidades. De patear horas interminables en los potreros de Don Torcuato a convertirse en el jugador más determinante en la historia del certamen sudamericano de clubes. De soñarlo todas las noches a desparramar su fútbol por las canchas del continente.

73 partidos, 25 goles, 4 finales y 3 títulos en la Copa Libertadores para Riquelme (2000, 2001 y 2007), el flaco que en el barrio sigue siendo Román y nunca dejará de jugar a la pelota. 

Semanas atrás, antes de la llave de octavos frente a Internacional, JRR habló en exclusiva con GOAL en una producción para EA Sports con motivo de su presencia como Leyenda del FIFA 21.

"La Copa Libertadores es el torneo más importante que me tocó jugar con la camiseta de Boca. Es difícil ganar un torneo local; es difícil ganar cualquier torneo. Si sos bueno tenés que ganar la Copa Libertadores", dice Román, un apasionado del juego y un enamorado de Boca, esa pasión que lo convirtió en tatuajes, murales y estatuas.

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Pero él frena, la pisa y cambia de frente: "En este país, la gente vive el fútbol de una manera muy especial y ganar la Copa Libertadores ha hecho que la gente me tenga mucho cariño. Yo no me siento un ídolo, me siento un afortunado: estaba en la cancha que quería, con la camiseta que quería, soy feliz yo en ese lugar".

"A la pelota se lo debo todo, no tengo otra cosa. Es el juego más lindo que conocí. Soñaba ser futbolista, quería comprarle la casa a mi mamá, no teníamos nada. Era comer, dormir y jugar... comer, dormir y jugar". Pensando mejor que el resto, entendiendo el juego como nadie, dirigiendo la orquesta con la suela del botín derecho. Un genio que llegó a tenerlo todo sin tener nada. Un número 10 que, durante casi una década, potenció a sus compañeros haciéndolos invencibles. "Soy muy agradecido al lugar donde nací. Tuve la suerte de seguir jugando a la pelota como me enseñaron en mi barrio. Lo más grande que te puede pasar es hacer lo que te gusta, que te vaya bien y ver a tanta gente disfrutando".

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Y no duda: "Si me toca elegir, quisiera volver a vivir la misma vida". Seguramente la Copa Libertadores también volvería a elegirlo a él. 

Cada imagen de Román en el certamen tiene gloria: las noches del Morumbí ante Palmeiras, el histórico 3-0 ante River, el caño a Yepes, los goles a Gremio en Porto Alegre. Por eso, sus declaraciones tienen el sustento histórico para que llegue a oídos de cada jugador de Boca que este miércoles intentará revertir la serie contra Racing para clasificarse a semifinales de la Copa Libertadores.

Juan Román Riquelme

Si Riquelme es una Leyenda de la Copa Libertadores se debe, en parte, a las sociedades que construyó dentro de la cancha. "Yo fui un afortunado de jugar con (Martín) Palermo, que ha hecho mil goles; de tener un gran entrenador (Carlos Bianchi) que nos enseñó a competir y a ganar y de contar con un arquero como Óscar (Córdoba), que no va a volver a aparecer. Nos conocíamos tanto que sabíamos mirar a tu compañero, saber para dónde va a correr. Voy a estar siempre agradecido a cada uno de ellos. Hemos pasado noches inolvidables". 

Riquelme y la Copa Libertadores. Un Romance que comenzó hace 20 años y será eterno.

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