El DIM fue el primer equipo del fútbol colombiano en suspender su día a día, entendiendo que la ciudad de Medellín había sido foco de contagio en el país con varios casos confirmados, desde entonces a mantenido a sus jugadores y empleados en sus casas.
A lo ejemplar de sus decisiones desde un inicio, se suman las medidas económicas que ha tomado para garantizar que todos sus jugadores y personal administrativo sigan recibiendo un pago mensual durante el tiempo que dure la contingencia por la pandemia.
Estas medidas se convierten en ejemplo para los demás equipos, que en mayor o menor medida y dependiendo de sus realidades económicas, pueden copiar el modelo con el que el Independiente Medellín le pone el pecho al difícil momento que atraviesa el mundo.