El Real Madrid llegaba a Pamplona con la necesidad de lograr la victoria y lo hizo. El equipo blanco se medía a un Osasuna que está cuajando una excepcional temporada y sabía que un nuevo tropiezo en el campeonato hubiera dejado demasiada ventaja al Barcelona. No pasó.
El equipo madridista supo sufrir ante el conjunto de Arrasate. Y no porque Osasuna gozase de muchas ocasiones. De hecho, Courtois ni siquiera tuvo que hacer alguna intervención de mérito. Más allá de la jugada en la que Budimir le quitó el gol a Lucas Torró y el remate al palo de Moi Gómez, el Real Madrid no concedió ocasiones importantes.
Pero Osasuna siempre estuvo metido en el partido y logró, incluso, en algunas fases, dominar el encuentro y complicarle mucho la vida a un Real Madrid que vivió de la inspiración de Vinicius durante casi todo el choque. Pero, este año, el Real Madrid ha sumado un nuevo arma en ataque, un arma de combustión lenta pero que cuando entra en erupción es practicamente imparable.
Fede Valverde es un jugador por el que no parece que pasen los minutos en los partidos. El uruguayo es capaz de rendir del primer minuto al último con la sensación de que no le causa esfuerzo alguno. Este sábado estuvo a gran nivel en ataque y defensa en el primer tiempo y en la segunda mitad supo encontrar espacios y llegar desde segunda línea, lugar desde el que hizo el gol clave del partido.
Valverde demostró esa garra charrúa que hace que sean especiales los futbolistas uruguayos. Una garra charrúa que también demostró Álvaro Rodríguez. El delantero del filial, que viene de cuajar un excepcional torneo sudamericano sub-20 con Uruguay, se comió el campo en diez minutos. Presionó, corrió, luchó y, sí, asistió.
Álvaro dio el gol a Vinicius en el 90 en vez de intentar marcar su primer gol con el primer equipo. Una acción inteligente y eficaz que el VAR anuló por un fuera de juego milimétrico. No anuló la segunda asistencia que repartió, en este caso a Asensio, tras recuperar él mismo la pelota, nueva demostración de las ganas con las que salió al campo. Ancelotti ha dejado claro que está convencido de que va a ayudar al primer equipo en lo que resta de temporada. Habrá que estar atentos, pues Álvaro ha llegado para quedarse.