Proferir insultos racistas es una práctica más habitual de lo que quisiéramos en los distintos entornos deportivos. Pero ¿qué daño real producen en quienes lo padecen?. ¿Cómo se combate esa lacra?. ¿Hay herramientas que permitan sobrellevar a las víctimas esa situación? Goal ha hablado con Oliver Martínez, psicólogo deportivo, y uno de los especialistas en la materia más reputados en nuestro país. Ansiedad, depresión... palabras mayores...
¿Qué impacto tiene el racismo en un deportista?
"Depende mucho del sujeto. Hay jugadores negros que pueden tener un impacto emocional muy fuerte porque toda su vida han tenido ese lastre y le puede llegar a generar un trauma. En cambio hay otros que lo sacan de contexto y lo gestionan como un elemento más del deporte, no dándole mayor importancia. Se podría hablar de categorías, de cómo te afecta o no, defendiendo de tu historia previa".
Es decir, depende de la sensibilidad de cada cual
"Correcto. No todo el mundo se siente igual de agraviado ante un ataque racista. Otra cosa es que nuestra misión sea la de intentar erradicar este tipo de conductas racistas, sea encajen como se encajen".
¿Qué consecuencias psicológicas puede tener que te llamen negro de mierda en un chaval?
"Puede tener dos tipos de afectaciones. La primera es una merma en su autoestima porque alguien te está atacando y sientes que es injusto. La otra tiene que ver con la ansiedad, que es una reacción emocional ante algo que aún no ha pasado pero puede volver a pasar. Vives con el miedo de que un jugador o quien sea pueda hacerte sentir mal, nuevamente en tu vida".
Cuando le viene un chico diciendo que le insultan por su color de piel ¿qué herramientas le puede dar un psicólogo para minimizar ese daño emocional?
"Trato de que racionalice la situación. Y ¿cómo se racionaliza? Pues poniendo en contexto todos los elementos y haciéndole entender a esa persona que dentro de los códigos del deporte hay veces que se quiere hacer daño. Y todos sabemos que hay una serie de lacras sociales como el racismo y la homofobia, que mucha gente utiliza para atacar desde ahí. Cuando tú le haces ver al deportista agraviado que, en el fondo, ese insulto sólo persigue desestabilizarte, más que recriminarte el color de tu piel, al final el deportista lo acaba asumiendo. Así deja de verlo como un ataque personal. Deben dejar de personalizar ese ataque".
Lo que usted dice es que muchos ataques racistas, en el fondo, no lo son
"Yo siempre voy a condenar cualquier ataque racista. Pero, además de psicólogo, soy deportista. Y en el deporte hay gente que te llama maricón, o portugués, o negro para desestabilizar al rival que para otra cosa. Pero también eso hay que condenarlo ¿eh?. Porque nuestra obligación es trabajar esas cosas desde la base del deporte. Si lo trabajas desde la base, en la élite ya no pasa. Yo escribí un libro sobre este tipo de cosas: es muy difícil combatIr cosas en un estadio de fútbol pero se puede trabajar protocolos de prevención para que estas cosas no ocurran".
¿De qué manera se previene?
"Imagínate un partidos de infantiles en el que un niño llame “ negro” a otro. Ese partido no sólo debe pararse. Debe hacerlo y ponerlo en todas partes como ejemplo de que esas cosas no pueden volver a pasar. Para que se hable mucho de ese tema".
Es que los efectos en un adulto son demoledores pero en un niño…
"Imagínate a un chaval de 13 años que no sabe lo que es el racismo que, de repente, en un partido, le llamen negro de mierda. Ese chico se va a hacer preguntas que antes nunca se había hecho. Eso le empieza a generar una serie de movidas en su cabeza que a la larga se traducen en traumas, ansiedad. Por eso es cierto que no es lo mismo que el insulto recaiga en alguien con su personalidad ya formada que alguien que aún está formado sus estructuras cognitivas, sus valores".
¿Somos más racistas ahora que antes?
"Yo no lo creo. En España, desde hace unos cuantos años, la multicultura ya está interiorizada. Antes, los incultos tiraban más de eso. Ahora está más normalizado. Racismo siempre va a haber porque hay racistas. Pero nuestra cultura es más abierta que hace unos años y no veo que en el deporte haya un repunte o más que antes. Lo que hay ahora es más sensibilidad".