OPINIÓN
El Real Madrid ha regresado. Y lo ha hecho para quedarse entre todos nosotros. Los peores días ya han pasado, y ahora sólo cabe esperar lo mejor del equipo de Zidane, que este sábado sumó su quinta victoria consecutiva a costa del Alavés (4-0). Es la mejor racha de triunfos de toda la temporada, y no es de extrañar. Pues a los blancos les sale ahora todo bien. En los días buenos, en los malos o en los regulares, como esta jornada ante los vitorianos. Vuelven a salirle todas las cosas bien siempre.
Jugó el Real Madrid una primera plana sobria en el Santiago Bernabéu. Con un 4-4-2 con Bale-Lucas en las bandas y un Alavés voluntarioso pero errático, a los blancos les salió un primer acto serio, pero no brillante. Aseado, pero plano. Sin excesivo desequilibrio ni vértigo tampoco, aunque sí con movimiento fluido del balón. Eso sí, se marchó al vestuario ganando con un gol en las postrimerías de la primera parte. Un golazo de Cristiano que fue todo instinto asesino. Es difícil de explicar, pero estaba escrito que marcarían antes del final. Cuando más daño causa. Como solía hacerlo el Real Madrid de colmillo afilado. Y así fue.
Y para terminar de demostrar que el Real Madrid está en estado de gracia, también marcaron nada más regresar de vestuarios. Otro momento clave y fatídico de cada partido, para hundir así al Alavés, que en apenas dos ratos alrededor del descanso se despidieron del encuentro. Fue Gareth Bale además el que marcó en un mano a mano, regalo con la firma de Benzema, que ya había asistido además en el primer gol. 2-0 en el bolsillo, sin sufrir en absoluto, y con la BBC en plena forma de cara a la portería rival.
Tal es el frenesí merengue que, antes del final del partido, Cristiano marcó el tercero a pase de Lucas para igualar así los 28 tantos de Messi en el presente curso. Un dato tremendo para tratarse de un muerto viviente (tos-tos-guiño-guiño). Zidane pudo darle a Ceballos algo más de veinte segundos esta vez (fueron casi quince minutos). Gareth Bale jugó un partido completo por primera vez en una vuelta entera -desde el 20 de septiembre-. Benzema marcó de penalti que forzó Bale y le cedió Cristiano. Y hasta Keylor Navas, que hizo un gran encuentro, pudo dejar su portería a cero de nuevo. Miel sobre hojuelas por el Santiago Bernabéu, que está viviendo el mejor momento de toda la temporada sin discusión. Ojo, porque estos muertos están muy vivos.
