España vs. Italia, Eurocopa 2020Getty

España: una eliminación con buenas vistas al futuro

Firma Mario CorteganaGoal

LA GUÍA DE LA SELECCIÓN ESPAÑOLA EN LA EUROCOPA 2020

España perdió, pero de camino a casa se dará cuenta de que ha invertido en futuro: pocos daban un duro por esta Selección por la que en 2022 y en 2024 apostarán muchos. Guiado por Luis Enrique, ha tenido que ser este grupo mestizo en el que costó creer, con algún veterano, mayoría de jóvenes y varios tapados, el que le haya desvelado de nuevo a un país la fórmula del éxito.

El artículo sigue a continuación

Cuando España se concentró en Las Rozas el pasado 31 de mayo tenía un tono de voz irregular y la cara llena de granos. Hoy, 36 días y siete partidos después, se ha hecho mayor, es un señor equipo. En poco más de un mes le ha pasado de todo y de casi todo se ha repuesto, muriendo a orillas de la final en una tanda que vio otra vez a Morata pasar de héroe a villano. Es una transformación, así y a la inversa, que ha vivido a menudo, por lo que cabe adivinar que lo próximo que le ocurra sea una alegría.

La Selección ha madurado a la fuerza, luchando contra una catarata de difíciles circunstancias. Ha sabido escapar de la polémica por la ausencia de Sergio Ramos, del positivo en coronavirus de Busquets, del falso positivo en coronavirus de Diego Llorente, de dos empates inesperados, desesperantes y con pitos en casa, de la crítica exacerbada de una punta a otra, del portero al delantero, que reaccionaron con grandeza.

Lástima para Luis Enrique y sus 24 que siete vidas no hayan sido suficientes. Pero bien harían en mirarlo por el lado bueno, y seguro que así se lo indicrá Joaquín Valdés, el psicólogo de moda. En esta Eurocopa no sólo se ha confirmado su gran presente, sino la ilusión de lo que está por llegar a lomos de una generación que comienza, y de qué manera, a cuajar.

España ha demostrado recursos de sobra para echar a volar sin límites. En octavos despidió a Croacia, la subcampeona del mundo, templando nervios en una prórroga, un terreno de arenas movedizas. En cuartos probó su capacidad de resistencia, remontando en la tanda de penaltis a Suiza. Y en semifinales se llevó el sopapo que más te hace crecer, el de la desilusión. Italia, ahora 33 encuentros seguidos sin caer, resultó demasiado. Pero la criatura ya es una realidad y su papá, Luis Enrique, sólo puede enorgullecerse.

Anuncios