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El último adiós a Maradona, en vivo: la multitudinaria despedida en Casa Rosada

Llegaron desde el Sur. Desde el Norte. Desde el Este y el Oeste. Muchos lloran, otros aplauden, alguno grita "¡gracias!". No paran de llegar. Desde el cielo, parece una fila de hormigas de 950 metros, entre la Avenida 9 de Julio y la puerta de ingreso a la Casa Rosada. Tienen camisetas de la Selección argentina, de todos los equipos del fútbol argentino que se pueda imaginar, de Napoli. Están de traje, con sus hijos en brazos. Hasta se ve pasar el ambo de algún médico, que por un rato tuvo que dejar de pelearle al coronavirus, porque había que estar ahí. Es el pueblo que se congregó para despedir a su ídolo, que ya era eterno en vida y ahora será inmortal.

El último adiós a Diego Armando Maradona conmueve. Tras un miércoles de consternación al conocerse su fallecimiento y de congregaciones en los estadios de Gimnasia, Boca y Argentinos Juniors, la atención se centró en la casa de gobierno, donde la familia decidió despedirlo tras el ofrecimiento por parte del presidente Alberto Fernández: durante toda la noche fueron llegando los peregrinos para saludar al ídolo que sembró alegría en un país que estaba muy acostumbrado al dolor.

El féretro con el cuerpo del Diez llegó a la Rosada alrededor de la 1 de la mañana desde la Cochería Tres Arroyos (el mismo lugar donde habían sido velados sus padres) y durante la madrugada se realizó el velatorio para los íntimos: sus hijas Dalma, Gianinna y Jana, su exesposa Claudia, sus hermanos y hermanas, sus sobrinos y sus seres queridos, el plantel campeón del Mundial 1986 y futbolistas como Carlos Tevez, Wanchope Ábila, Rolando Schiavi o Martín Palermo pasaron a dar sus respetos. Una de sus últimas parejas, Rocío Oliva, quiso ingresar, pero le denegaron la entrada. Su abogado Matías Morla, quien quedó señalado por la degradación física y anímca de Diego en los últimos años, ni siquiera se animó a ir.

A las 6.13 de la mañana se abrieron las puertas para la multitud que ya aguardaba afuera. Duró pocos minutos: rápidamente debieron cerrarlas cuando un grupo de personas intentó meterse sin respetar la fila. Luego de que la situación fuera controlada, nuevamente se habilitó el ingreso del público por la entrada principal de la Rosada: en el Salón de los Patriotas Latinoamericanos -el mismo lugar donde fue velado Néstor Kirchner-, esperaba el cajón, cubierto con una bandera argentina, una camiseta de la Selección y otra de Boca, ambas con el número 10.

Ya para el mediodía, el presidente Alberto Fernández llegó con parte del gabinete y la primera dama, al mismo tiempo irrumpió la figura de Enzo Francescoli, quien compartió su pésame en representación de River. 

En principio, la despedida iba a terminar este mismo jueves a las 16, luego se extendió hasta las 19. Sin embargo, los incidentes dentro de la Casa Rosada, con gente que invadió los patios internos, obligaron a retirar el féretro de Diego y a suspender el velorio. No obstante, una multitudinaria caravana lo acompañó desde la casa de gobierno hasta el cementerio de Bella Vista, donde llegó para descansar junto a sus padres.

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