El fútbol ha vuelto en España y en buena parte de Europa tras el coronavirus pero lo ha hecho sin el elemento más fundamental de todo: los aficionados. El desenlace de LaLiga y de la UEFA Champions League y la Europa League ha sido sin aficionados.
Sin embargo, en Francia se permitió la apertura de las gradas con un porcentaje limitado de aficionados y con distancia social en la final de la Copa que disputaron el PSG y el Saint-Etienne la semana pasada. Esta misma medida es la que intenta promover el Sevilla de cara a la próxima temporada que arrancará en septiembre. Según ABC de Sevilla, el club de Nervión trabaja en un plan con LaLiga y el Consejo Superior de Deportes para conseguir la vuelta de una parte de sus abonados en sus partidos como local.
El plan pasaría, de acuerdo con lo que publica el rotativo sevillano, por ir recuperando aficionados empezando por contar con un 30% de aficionados cuando se reanude el campeonato en septiembre y, si la evolución de la pandemia evoluciona de forma favorable, ir elevando el porcentaje de personas que podrán acceder a las gradas hasta llegar al ansiado 100%.
¿Cómo sería el acceso?: Rotación de aficionados, entradas digitales y venta de entradas y no abonos
El club plantearía un sistema de rotación entre sus abonados en cada uno de los partidos para que todos puedan tener la oportunidad de presenciar partidos en directo. Eso sí no habría una nueva campaña de abonos y a cada partido se accedería con la compra de una entrada única. Si en algún momento pudiera volver el 100% de la afición, el club se plantearía lanzar la habitual campaña de abonados habitual.
Para adquirir las entradas existiría el citado sistema de rotación y tendrían prioridad los abonados que no han solicitado el reembolso de los partidos que no han presenciado en la temporada 2019-20. Las entradas estarían digitalizadas a través de códigos QR en los dispositivos móviles de los aficionados para cumplir con los protocolos sanitarios y para evitar que pueda existir ninguna fórmula de reventa de entradas.
Si el Sevilla y el resto de clubes consiguen que vuelvan los aficionados, el fútbol recuperará al menos una parte de su colorido y su valor sentimental y además recuperarían una parte de los ingresos que han perdido por el coronavirus y que está golpeando a las arcas de los clubes.


