De Bruyne Croatia 2022 World CupGetty Images

El Mundial le es hostil a las estrellas

Por Ignacio Zambello

"Messi no es el mejor porque no ganó un Mundial", es el argumento más repetido por aquellos que creen que el 10 de Argentina no es el mejor de la historia. La Copa del Mundo es el torneo más deseado en este deporte, más allá de cualquier competición a nivel de clubes. Pero los torneos no lo ganan los nombres propios, sino la forma en la que los mismos trabajan entre sí.

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Bélgica acaba de quedar eliminada del Mundial de Qatar, lo que también significa que Thibaut Courtois, tal vez el mejor arquero del mundo, y Kevin de Bruyne, tal vez el mejor volante, ven escapar su sueño de poder levantar el trofeo. Y no sólo eso, sino que la ilusión se les esfuma diciendo adiós en la fase de grupos, algo que de antemano parecía inesperado.

Mohamed Salah, Erling Haaland, Zlatan Ibrahimovic y Riyad Mahrez están en la listas de grandes nombres que tampoco dijeron presente en la máxima cita futbolística al no clasificar sus equipos. Es que las pruebas siguen estando a la vista de todos: el fútbol es un deporte colectivo. Claro, las individualidades pueden aparecer como salvaciones en ciertas ocasiones, pero a largo plazo es difícil que lleven al éxito.

La generación dorada de Bélgica parece haber llegado a su fin con una medalla de bronce colgada en el pecho, conseguida en Rusia 2018, lo que no es poco. Pero 4 años más tarde, se desmorona. Y ya hemos visto como varios equipos campeones del mundo eran eliminados en fase de grupos al momento de defender el trofeo: España en 2014 y Alemania en 2018.

Hoy le tocó a De Bruyne y a Courtois decir adiós de la mano de Croacia, pero también le podría haber tocado a Luka Modric, el actual poseedor del balón de oro. Argentina cayó en su debut con Messi como estandarte, Brasil está teniendo un desempeño excelente sin Neymar y Portugal está jugando un fútbol aceptable con Cristiano Ronaldo como bandera; es decir, mismo escenario, diferente resultado. Es decir, tener una figura, o varias, no asegura nada, y por suerte el Mundial está ahí cada cuatro años para recordarnos que el fútbol es, después de todo, un deporte colectivo.

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