La selección española se mide este lunes a Marruecos en un partido trampa. Por un lado, con la clasificación casi en el bolsillo como líder del Grupo B, este encuentro no ha despertado mucha expectación en España. Sin embargo, en juego está no sólo quedar como primero de tu grupo, sino incluso la eliminación (aunque las probabilidades sean escasas). Todo está abierto en el grupo a falta de los dos últimos partidos por disputarse a partir de las 20:00 de este lunes por la tarde.
De ahí que en la Selección Española buscan, ante todo, la concentración máxima de cara a este partido ante Marruecos, como reconoció Fernando Hierro en rueda de prensa. “No podemos pensar en el partido cuatro antes de pensar en el partido tres”, dijo muy certeramente también Sergio Busquets en sala de prensa. Y hay un doble objetivo por conseguir.
El equipo de Marruecos que jugó en la primera división de España
Por un lado, el primer hito es la clasificación como primero de grupo. A día de hoy es todavía imposible discernir qué parte del cuadro será mejor que la otra, puesto que ningún grupo tiene decidido ya ni la primera ni las dos primeras plazas del mismo. Todo se decide en la última jornada. De manera que, abriendo fuego en el primer día, es imposible para los españoles discernir qué parte del cuadro puede parecer más asequible que la otra todavía. De ahí que, además de la clasificación a los octavos de final, en la expedición de La Roja quieran acabar como primeros del Grupo B, por delante de Portugal o Irán. Pues se entiende que siempre puede ser más beneficioso que clasificarte como segundo.
Para lograr ser primero, la consigna es clara: hacerlo mejor que Portugal. Aunque en España no se conformen con otro resultado que no sea la victoria, si bien el empate también pudiera servirles para ser primeros. La situación es la siguiente: ambos suman cuatro puntos, y tienen la misma diferencia de goles (+1), pero España es líder a día de hoy por sumar una tarjeta amarilla menos (1-2). De manera que, todo lo que sea lograr un resultado mejor que el de Portugal (ya sea en puntos, goles y tarjetas), le aseguraría a España el liderato. Incluso el empate de ambos también, mientras se mantenga el mejor balance de tarjetas amarillas.
Y viceversa. El otro objetivo de España es evitar justo la situación radicalmente opuesta. Es decir, la hipotética eliminación. Para ello tendrían que darse varias situaciones simultáneamente, aunque básicamente se resume en: perder ‘peor’ que Portugal. Esto es, que España pierda ante Marruecos por más goles de los que Portugal pierda ante Irán (véase, un 0-2 para los españoles y un 0-1 para los portugueses, por ejemplo). Eso elevaría a los persas a la primera posición con seis puntos y mantendría a los lusos segundos -con cuatro puntos- por un mejor goal average que La Roja. O perder por los mismos goles que Portugal, pero viendo más tarjetas amarillas.
Incluso si España perdiese, un empate entre Irán y Portugal todavía podría apear al equipo español del Mundial, pues llevaría al campeón asiático a sumar los mismos puntos que España y con la misma diferencia de goles. En ese caso, si España perdiese por un gol habría que atender a las tarjetas amarillas, y ahí el cuadro de Fernando Hierro apenas suma una cartulina por las cinco del combinado de Irán. Una opción factible, aunque remota estadísticamente hablando. En el caso de que España perdiese por más de un gol ante Marruecos, todo empate en el otro partido metería a Portugal y a Irán en la siguiente fase.
Así las cosas, las cartas están sobre la mesa. Hay otras muchas combinaciones de por medio que podrían decantar la balanza para un lado o para el otro, pero básicamente esos son los dos objetivos básicos que España debe encarar este lunes. Puede que no haya expectación ante Marruecos, pero tampoco hay ninguna seguridad sobre cómo pueda acabar la próxima jornada. Ni cómo puede acabar definiéndose el cuadro de los octavos de final.