EDITORIAL
Llegaba el Barcelona al Clásico con la posibilidad de darle el empujón definitivo a un Real Madrid frente al abismo y a pesar de la tremenda mejora en el juego con respecto a lo visto en el San Paolo de Nápoles el cuadro azulgrana dejó pasar una oportunidad histórica para ponerle el pie en el cuello a los hombres de Zinedine Zidane, a los que tuvieron groggy hasta bien entrado el segundo tiempo tras un arranque en el que supo apoderarse de forma orgánica de todos los aspectos del juego mientras lograba empequeñecer al Real Madrid, víctima de los propios complejos frente a un Leo Messi que no consiguió ser decisivo como en otras visitas. Sin embargo, los barcelonistas no transformaron ninguna de las ocasiones, y las hubo muy claras , y regresan a casa tras ceder el liderato y sabiendo que han devuelto a la vida a un muerto viviente.
Y eso que el Real Madrid le puso las cosas fáciles al Barcelona. Tardó quince minutos en enseñar los dientes en una ocasión que Toni Kroos envió a las nubes. Por lo menos en el tramo inicial las ocasiones, aunque ninguna clara, fueron del cuadro local mientras el Barcelona optaba por mantener el control y, con él, el orden tanto en ataque como en defensa. Los remates, cuando se producían, apenas generaban peligro para un Marc-André Ter Stegen cuya primera parada se produjo a ocho minutos del descanso tras un tímido remate de Vinicius Junior, aunque por aquel entonces ya eran los hombres de Quique Setién los que dominaban también el capítulo ofensivo. A la media hora Thibaut Courtois tuvo que lucirse ante un remate cruzado de Messi para luego salvar a su equipo evitando dos uno contra uno , primero ante Arthur Melo y luego ante el propio Messi.
El Barcelona supo hurgar hasta entonces en las frustraciones de un Real Madrid consciente del historial reciente en el Clásico como locales. Porque los blancos se lo curraron durante el primer tiempo pero el Barcelona dominó el juego y las ocasiones. Hasta que Isco Alarcón dijo basta . El malagueño apareció primero con una rosca desde el vértice del área que obligó a Ter Stegen a lucirse y luego con un testarazo que Gerard Piqué achicó desde la misma línea de gol. Fueron dos acciones que resucitaron a los blancos, contra las cuerdas hasta enconces, e invirtieron la dinámica vista hasta el momento hasta que Vinicius aprovechó un fantástico pase de Kroos al espacio y logró superar a Ter Stegen con un remate que tocó en Piqué antes de cruzar la línea de gol y establecer un 1 a 0 que voló por los aires la determinación y el buen hacer azulgrana.
El tanto recordó al mundo que al Real Madrid conviene no darle nunca por muerto y mucho menos en casa . Los blancos supieron reaccionar hasta borrar del campo a un Barcelona que se vanagloria por su mortífera efectividad, capaz de matar los partidos con apenas uno o dos remates al marco contrario y que suele convertir pero que no logró ver puerta ni cuando Frenkie De Jong dejó solo a Messi ante Courtois sin que el rosarino pudiera sorprender al belga. Esta vez el Barcelona perdonó en las tres grandes ocasiones que disfrutó en el primer tiempo y en la del segundo , permitiendo a los blancos creer que todo es posible, también recuperar el liderato ante el mismo equipo que le ha aguado la última década con un dominio casi humillante. Hasta hoy, el día en el que el Real Madrid ha logrado recuperar la normalidad como local y el liderato, que vuelve a ostentar con un solo punto de ventaja frente a un Barcelona que hasta concedió el 2 a 0 definitivo a Mariano en la última ocasión del partido .