Disputar finales en el mes de noviembre nunca ha sido buena señal. Y en el Barcelona ya van unas cuantas esta temporada. Ni el mismo club blaugrana lo disimula. En su página oficial, el titular es directo: "Una final en Kiev". La clasificación para los octavos de la Champions League pende de un hilo y está supeditada a una victoria este martes en el frío estadio Olímpico de la capital ucraniana, en el que el Barça se juega mucho más que tres puntos. El prestigio del club y su economía también sufren pensando en la importancia de ganar al Dinamo de Kiev para seguir teniendo opciones de estar entre los 16 mejores equipos de Europa, algo que es obligatorio para que las cuentas del club no padezcan un nuevo descalabro. Son 20 millones de euros, los que están en juego. Casi nada para un balance que prevé 5 millones en positivo.
SIGUE AQUÍ EN DIRECTO EL DINAMO KIEV VS. BARCELONA
El estado de ánimo esta vez es relativo. Los pesimistas pensarán en el juego y en las lesiones y los optimistas se reforzarán con la vuelta de varios jugadores importantes a la convocatoria. Es el pan de cada día en Barcelona, una de cal y otra de arena. Un club que se tambalea buscando clavos a los que agarrarse para no caerse definitivamente por el precipicio, sabiendo que la rueda solamente empezará a girar cuando el juego lleve a los triunfos y los triunfos se traduzcan en títulos, buena imagen, prestigio y nuevos ingresos. El famoso 'Círculo Virtuoso' de Laporta. Para ello, las llaves serán para Xavi Hernández. Pero hasta su llegada, habrá que lidiar con la temporalidad.
La imagen del equipo el sábado volvió a ser triste. Los futbolistas no juegan con la cabeza erguida, valientes y convencidos de la victoria, frágiles siempre que el conjunto contrario adelanta líneas y busca la portería de Ter Stegen. Además, a la depresión se le suman las bajas de Gerard Piqué y el susto del Kun Agüero, que deberá descansar durante tres meses por una inoportuna arritmia cardíaca. Pero también hay notas positivas. Sergi Barjuan sonríe por la vuelta de un Ronald Araujo que apunta a titular, un Frenkie de Jong del que se espera mucho más y de dos delanteros que están llamados a marcar de una vez por todas las diferencias: Ousmane Dembélé y Ansu Fati, que volverá tras dos semanas de descanso obligado.
Dembélé es una de las grandes esperanzas de la temporada. Hemos perdido la cuenta de las veces que se ha escrito esta frase en los últimos cuatro años, pero sigue siendo una realidad. En esta ocasión, porque el Barça ha jugado sin extremo derecho desde que empezó la temporada. Lo ha probado con Sergi Roberto, con el desaparecido Yusuf Demir, incluso con Gavi en un 4-2-3-1, para últimamente solucionar la papeleta con Sergiño Dest, que ha abierto el campo pero que ha desaprovechado ocasiones clarísimas de gol por el hecho de no ser un delantero. Nada ha funcionado. Por eso en el club hay tanta ilusión con la vuelta de Dembélé, que redebutará tras lesionarse en la Eurocopa con Francia. En el Barça rezan para que sus músculos aguanten un tiempo.