Llevaban años colgándole el cartel del 'pupas' un equipo que sufría desgracias inesperadas, pero aquella temporada iban a quitarse ese apelativo de una vez por todas. Aquella temporada el Atlético estaba cuajando un pésimo papel en España y en Europa donde quedó eliminado de la Champions por Chelsea y Oporto, que golearon al equipo (6 y 5 goles en ambos partidos). Le relegaron a jugarse la plaza de Europa League como mejor tercero ante el APOEL de Nicosia al que ni siquiera pudo derrotar, pero terminó clasificándose por valor doble de los goles en campo rival.
Aquella entrada de rebote en la Europa League pareció espolear a los jugadores de Quique Sánchez Flores que si bien mejoraban el inicio liguero con el destituido Abel (1 victoria en siete partidos) seguían sin ser fiables en la competición local. Pero Europa era otra cosa.
En dieciseisavos sudaron tinta para eliminar al Galatasaray (3-2) y solo un gol de Forlán en el 90’ del partido de vuelta les permitió avanzar ronda. En octavos, mas sufrimiento ante el Sporting de Lisboa (2-2) con un 0-0 en el Calderón y un 2-2 con doblete de Agüero que les permitió pasar.
En cuartos de final, un hueso duro como el Valencia (2-2) con el que el empate de la ida (2-2, goles de Forlán y Antonio López) y la resistencia en el feudo rojiblanco en la vuelta (0-0) permitieron meterse en semifinales. Allí esperó el mítico Liverpool (2-2), con victoria por la mínima en el Manzanares (1-0 con gol de Forlán) y un (2-1 con gol agónico de Forlán en la prórroga para dar el pase a la final).
En Hamburgo se había presentado el Fulham, quien había ido ganando crédito al dejar a equipos como la Juventus, Wolfsburgo o el local Hamburgo por el camino. Pero por entonces el Atleti ya era un temible rival que había remontado el vuelo en Liga y se había metido en la final de Copa del Rey con un juego alegre y donde Quique había forjado un ataque temible con Simao, Raúl García, Reyes, Agüero y sobre todo Forlán, héroe de a la postre, en el once titular.
El Atleti jugó mejor y gozó de claras ocasiones por las que mereció no llegar a la prórroga, pero el destino de este equipo en su andadura europea era sufrir. Forlán adelantó al equipo tras un gran jugada de Reyes, Simao y Agüero, pero poco después empató Davies.
Llegados al extra tiempo, Agüero no dio por perdido un balón en largo, porfió con su par y se hizo con el cuero para enviarlo a Forlán quien remató de zurda. El balón golpeó con fortuna en un defensa y se alojó en la meta del mítico Schwarzer para que los atléticos ganaran el título. Una Europa League a la que accedieron de rebote, fueron pasando rondas con goles en el descuento o en el extra tiempo y acabaran conquistando su primera Europa League en la prórroga para y enterrar al ‘pupas’ y empezar a recuperar su grandeza.