Día del padre: Las historias de padres e hijos en el fútbol

Hoy es el Día del Padre en España y, debido al virus pandémico que nos condiciona la vida a todos los niveles en estos días tan extraños, para muchos de esos padres, será un día diferente. En España no es día festivo desde hace tiempo, por lo que habitualmente se trabaja y es más difícil unir a las generaciones en torno a una mesa, una charla o una llamada, pero en las circunstancias actuales, muchos padres vivirán en esta ocasión un día tremendamente especial, pues sus hijos están cerca debido a que la responsabilidad del momento nos obliga a no salir de casa. ¿Qué historias especiales se vivirán hoy en muchos de estos hogares?

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El fútbol no ha sido jamás ajeno a estas historias con padres e hijos catapultados a la fama debido al foco que el más veterano de la saga inició y que, con la presión añadido de lo que ya se había generado a su alrededor, el hijo asumió pocos años después. Existen no pocas familias futboleras en la historia del fútbol pero hemos querido recopilar las cinco historias más especiales de padres e hijos con el fútbol como inseparable nexo de unión.

Los Sanchís

El fútbol español tiene un record de difícil semejanza y complicada comparación histórica, pues levantar una Copa de Europa en el mismo club que ya lo hiciera tu padre… es algo que pocas veces se ha dado en la historia del fútbol.

Manuel Sanchís, valenciano de nacimiento y, curiosamente, formado en la cantera del Barcelona, acabó brillando como referente histórico del gran rival, el Real Madrid. Como de azulgrana no llegó a tener opciones de ser jugador élite, fue cedido al Condal y de ahí, al Valladolid. Su crecimiento hizo que el club de la capital lo contratara para ganar 4 Ligas y una Copa de Europa mística, la del Real Madrid ‘Yeyé’, que logró aquél triunfo continental en 1966 ante el Partizán (además, fue internacional con España y jugó el Mundial del 66 marcando incluso un gol).

Pues bien, su hizo, también Manuel Sanchís, intentó acercarse a aquellos registros y podría decirse que incluso los superó. Toda su vida fue blanca inmaculada y se convirtió en el segundo jugador con más partidos en la historia del Real Madrid (708). Formó parte del Real Madrid de la Quinta del Buitre siendo él uno de esos cinco chavales que cambiaron la historia merengue y acabó por redondear su mística cuando levantó, en 1998, la Copa de Europa como capitán del Real Madrid (en Ámsterdam, 1-0 a la Juventus). Aquella Copa representaba el fin de una sequía madridista y, sobre todo, el cierre del círculo de los Sanchís.

No tiene la relevancia internacional de otros apellidos y no logró reunir títulos con la facilidad de otras sagas familiares, pero los Gudjohnsen tienen una de las mejores historias futboleras que relacionan padres e hijos. En Islandia, Arnór y Eidur, padre e hijo, son auténticos mitos porque son los grandes culpables del crecimiento global que sufrió en el país el deporte rey. Nadie duda que, sin ellos, todas las grandes gestas logradas en los últimos tiempos, nunca habrían sido posibles.

El más veterano de ellos, Arnór, nació en 1961 y fue un futbolista de nivel medio que sí tenía facilidad para el gol como demostró durante años jugando en Lokeren o Burdeos, pero sobre todo en el Anderlecht. Tras jugar 73 partidos con su selección nacional, cuando ya llegaba a edad de retirarse, tuvo uno de los mejores regalos que puede desear un padre futbolista. El 24 de abril de 1996, Arnór jugaba con Islandia un amistoso ante Estonia y, al retirarse sustituido del terreno de juego, quien ocupó su lugar fue 

su hijo, Eidur Gudjohnsen. Aquella acción es algo único en la historia del fútbol, pues nunca había sucedido. No pudieron coincidir más porque Eidur se lesionó y Arnór se retiró cuando su hijo volvió a jugar. El menor de la familia, eso sí, honró e impulso su apellido porque no sólo es el mjeor futbolista de la historia de Islandia, sino que fue estrella del Chelsea y jugó en el Barcelona, ganando incluso la Champions 2009 y llevando a su país a la Eurocopa 2016. ¡Brutal!

El ‘Chícharo’ es una especie de guisante para los mexicanos y ese fue el apodo que acompañaría para siempre a la familia de los Balcázar, la más famosa del fútbol azteca por méritos propios. El primer protagonista de la historia es un mítico, Tomás Balcázar, leyenda de Chivas de Guadalajara que se hizo famoso por su capacidad de remate en el área (lo llamaban ‘Cabecita de Oro’) y que le hizo gol a Francia en el Mundial de 1954. Su hijo, Javier, también fue futbolista, un mediocentro que destacó en Tecos y Morelia y que, increíblemente, también jugó un Mundial, el de 1986.

Lo que nadiepodríaimaginar es que el nieto superaría todas aquellas gestas familiares. Javier ‘Chicharito’ fue primero estrella en Chivas como fue su abuelo, luego alcanzó la fama mundial fichando por el Manchester United o Real Madrid y ahora acabará sus últimos años ya en la MLS y cerca de su México. Aunque, lo más brutal de esta historia, es que como ya hicieran sus referentes familiares, también él jugó en Mundiales, en su caso nada menos que tres, clonando en 2010 aquella primera gran noche de su familia con el gol de su abuelo a los franceses en 194. En 2010 también a los galos, uno de ellos le hizo gol. Un ‘tridente’ de apellido imposible de olvidar y de gestas casi inimaginables para la eternidad.

Argentina ha sido habitualmente buen epicentro para historia de padre e hijos futboleros, pero ninguno fue capaz de igualar la gesta de los Verón. El primero de la familia fue Juan Ramón Verón, apodado ‘La Bruja’. Fue uno de los mejores goleadores de la historia del fútbol argentino durante los años 60, pues formó parte del club más famoso del momento, el legendario Estudiante de la Plata de Osvaldo Zubeldía. Con el ‘Pincharata’, fue campeón en tres ocasiones consecutivas de la Libertadores (68-69 y 70), siendo el año 68 increíblemente eterno por vence al Manchester United en la Final de la Copa Intercontinental (marcando gol).

Superar aquello parecía imposible pero tuvo un predecesor increíblemente ambicioso. Juan Sebastián Verón, apodado ‘La Brujita’ por su padre, nunca renunció a grandes metas. Se formó, como no podía ser de otra manera, en Estudiantes de la Plata y aunque la brillantez mediática de su carrera se escribió en Europa con Parma, Lazio, Inter o Manchester United (ganando 11 títulos), lo que le da honores de gesta a su familia es su regreso. Siendo un brillante veterano, regresó a La Plata y, varios años después, consiguió la mítica Copa Libertadores para Estudiantes, como ya hiciera su padre, siendo capitán y mejor jugador de la finalísima. Su carrera terminó en 2017, jugando con 42 años para convertirse en el futbolista profesional argentino más longevo en jugar ese torneo. ¿Alguien puede superar la mística de los Verón en Argentina?

Social Media

Encontrar en el fútbol de élite una saga que vaya más allá de padre e hijo y también incluya al nieto que juegue actualmente en el primer nivel, es casi imposible. Por ello, la mística de los Maldini sigue creciendo con el paso del tiempo. El primer gran referente familiar fue Cesare Maldini, que ya en 1954 se enfundó la camiseta del Milan y no se la quitaría durante 412 partidos hasta 1966, logrando 4 Scudettos y una Copa de Europa en 1963, siendo capitán del primer título continental rossoneri. Después, sería incluso entrenador del club, ganando una Copa y una Recopa. Murió hace apenas 4 años pero su leyenda jamás se frenará.

Su hijo Paolo fue incluso más allá. One Club Man, pues sólo jugó de milanista, fue también defensor y levantó nada menos que 26 títulos en el club familiar, siendo capaz de clonar la estampa de la Copa de Europa en manos de los Maldini, pues la logró nada menos que en 5 ocasiones. Un auténtico elegido, un icono y un sucesor de altura para su padre, aunque un gran escollo para quien llega detrás, su hijo Daniel. Y es que los Maldini siguen aumentando su aureola en San Siro cuando el pequeño de la saga debutó este curso. Es un mediocentro ofensivo y aunque apenas ha tenido unos minutos en la élite, ya es una de las estrellas juveniles y tiene todo el futuro por delante para intentar acercarse a lo que su familia significa para la historia del Milan y del fútbol mundial.

Uruguay ganó su última Copa América en 2011. Uno de los grandes líderes de aquella selección era Diego Forlán, que marcó dos goles en la final ante Paraguay.

Aquel triunfo marcó una historia sin precedentes, la de una familia que es la reina de la Copa. El abuelo materno de Diego, Juan Carlos Corazzo fue jugador y el seleccionador de la Celeste que ganó la Copa como técnico en 1959 y 1967.

Su hija Pilar se casó con Pablo "El Boniato" Forlán, un futbolista que lo ganó todo con Peñarol y que fue uno de los jugadores que ayudaron a Corazzo a levantar el título para Uruguay en 1967.

44 años después, Diego, el hijo de Pilar y Pablo y el nieto de Juan Carlos cerró el ciclo para la familia más exitosa que ha conocido la Copa América.