Bartomeu Ousmane Dembele Barcelona UnveilingGetty Images

Desmentido va, desmentido viene

Es el viejo juego de mostrar y contar. Algunos no quieren mostrar nada y así lo cuentan todo. Y otros lo cuentan todo con el fin de no mostrar nada. Desmentido va, desmentido viene, las últimas horas han sido prolíficas hablando de historias para no dormir y de gente que duerme con sus historias. Tras dos meses de tormenta mediática, con sus correspondientes informaciones, rumores, bulos y opiniones tan teledirigidas como contradictorias, Josep María Bartomeu decidió descubrir el pastel. En declaraciones a “El Rondo”, comentó que “Antoine Griezmann no está sobre la mesa del Barça, es jugador del Atlético de Madrid y tiene contrato en vigor. Si quiere ir al Barcelona será cosa de los técnicos pero, en todo caso, no ha llamado al Barça”. Traducidas a futbolés, las palabras del presidente sólo tienen tres interpretaciones: primera, que está diciendo la verdad y que Griezmann ni está ni ha estado entre las preferencias de un club que quedó retratado, con un ridículo mundial, después del famoso documental, conocido como “La decisión”; segunda, que Bartomeu no le dice la verdad ni al médico y que Antoine sigue siendo objeto de deseo del Barcelona, pero ahora no es el momento de dar el paso al frente; y tercera, que el Barcelona sigue usando a la prensa catalana a su antojo, filtrando historias que unas veces son para no dormir y otras, acaban durmiendo a las ovejas. Bartomeu sabrá, pero con dos simples frases, ha dejado la veracidad de gran parte de la prensa deportiva catalana a la altura donde la espalda pierde su casto nombre. A ropa, que hay poca.

Más del juego de mostrar y contar. Ole Gunnar Solskjaer, entrenador del United, aprovechó su conferencia de prensa previa al Camp Nou para ser directo: “No hay dudas de que Paul Pogba jugará en el Manchester United la próxima temporada”. Aquí su frase también tiene tres posibles interpretaciones: primera, confunde sus deseos con la realidad; segunda, conoce la realidad de primera mano y frustra los deseos de la prensa deportiva madrileña; y tercera, es noruego, pero no ingenuo, así que prefiere una mentira piadosa que la cruda realidad. Solskjaer sabrá si muestra todo para no contar nada o si cuenta todo para no mostrar nada. Eso sí, como en el caso de Bartomeu con Griezmann y el presunto interés del Barcelona, aquí Solsksjaer empeña su palabra. Y tiene pinta de que, después de este verano, alguno no va a pasar con éxito la prueba de la hemeroteca. Sobre todo, esa ingente legión de periodistas que forman parte del tejido institucional de Madrid y Barça. Llevan tanto tiempo dando veracidad a todo lo que los clubes les cuentan que al final están más cerca de la militancia que de la realidad. Es el nuevo periodismo: no existe para combatir al poder, sino para complacerlo. Barça y Madrid no necesitan hablar. Ya hablan sus altavoces por ellos. Y en realidad, no importa mucho si lo que nos cuentan es cierto o no lo es. Sólo importa repetirlo. Y cuantas más veces, mejor. Desmentido va, desmentido viene. En caso de duda, periodismo.

Rubén Uría 

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