Ousmane Dembele, BarcelonaGetty

Coutinho y Dembélé compensan la falta de ideas del Barcelona


EDITORIAL

No tuvo demasiado juego, el Barcelona que visitó Anoeta. Y si lo tiene lo escondió muy bien, especialmente en el primer tiempo cuando, sin Philippe Coutinho, fue incapaz de conectar con Leo Messi y saldó los primeros cuarenta y cinco minutos con un solo remate a puerta y con el 1 a 0 a favor de la Real Sociedad en el marcador. Las rotaciones que dispuso Ernesto Valverde dejando al brasileño y a Sergio Busquets en el banquillo le costaron un buen disgusto al cuadro azulgrana en su estadio maldito durante los últimos años.

¿Por qué Coutinho fue suplente ante la Real Sociedad?

El Barcelona leva seis años teniendo que remontar en Anoeta y solo lo logró la temporada pasada, cuando el equipo dio muestras de haber espantado los fantasmas. Pero en el estreno del remodelado estadio donostiarra, ya sin pista de atletismo, repitió los mismos pecados que en el pasado. Con Messi desconectado y alejado de la zona de peligro -no internvino ni una sola vez dentro del área rival en todo el primer tiempo- y Luis Suárez más pendiente de convencer a los árbitros que de buscar al 'diez', solo Ousmane Dembélé dio muestras de ir a por la victoria pero el bagaje ofensivo del Barcelona se limitó a un solo remate a puerta de Gerard Piqué, tímida respuesta al gol con el que Artiz Elustondo dejó retratados a Sergi Roberto, centrocampista, y Nélson Semedo y adelantó, otra vez, al cuadro donostiarra.

La entrada de Coutinho por el portugués y el regreso del catalán al carril diestro dio otro aire al ataque pero desequilibró todavía más el bloque. El Barcelona pasó a pisar el área con frecuencia y a crear ocasiones, es cierto. Empezaron a aparecer tanto Messi como Dembélé con peligro pero los cambios tácticos estiraron el equipo y habilitaron a la Real para llegar, a su vez, cada vez con más peligro. Fue entonces cuando apareció Marc-André Ter Stegen frente a sendos remates de Mikel Oyarzábal y Juanmi que podían haber sido la sentencia definitiva. El Barcelona, desquiciado, funcionaba a fogonazos de sus individualidades pero en el intercambio de puñetazos obtuvo el premio a través de Luis Suárez, que aprovechó un balón disperso en el área pequeña de la Real para establecer el empate.

Coutinho ya avisó con un remate cruzado que el Barcelona no había acabado la faena y acabó siendo Dembélé, tras un mal rechace en la salida de un córner, quien batió a Jerónimo Rulli y espantó los fantasmas de Anoeta. El Barcelona sigue en busca de un referente creativo en la zona media y no lo encuentra. Pero el la calidad de sus estrellas le permite ganar por aplastamiento.

El Messi más gris reapareció en Anoeta

De lo que no hay duda es que Dembélé y Coutinho están listos para la gloria. El francés ha participado en 13 goles en sus 16 partidos como titular en azulgrana, y que ha mojado en todos y cada uno de los partidos de esta temporada a excepción del Alavés, confirmando que ya no es una promesa sino un jugador cada vez más decisivo. Y precisamente con este estátus llegó Coutinho, quien cada vez que pisa el césped consigue que el Barcelona marque por lo menos un gol. Entre los dos reemplazaron la falta de ideas de un Barcelona que acabó el partido perdiendo tiempo y al que evitaron volver a darse con un canto en los dientes.

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