Corre y parece que los defensores entran en modo cámara lenta. Pisa el acelerador y van quedando rivales en el camino. Coquetea con el offside. A veces cae. A veces lo hace para estirar y dejarle lugar a los mediocampistas. Julián Álvarez es un caballo. Va para adelante con la cabeza gacha. Te atropella. Pero es uno de esos pura sangre, de los más finos, de los más elitistas, de los que nacieron para formar parte de un grupo reducido. No hay que confundirse con uno que solo gana carreras.
La Selección argentina está en la final del Mundial Qatar 2022. Pasó por arriba a Croacia. El partido que menos sufrió fue justo en las semifinales, mientras mira de reojo lo que pase en la otra llave entre Francia y Marruecos. Lo hace a base de sangre de crack, de corridas de caballo, de jugadores de jerarquía que destraban situaciones. Como Julián Álvarez, que fabricó el penal con una corrida potente, y luego marcó dos para liquidar la historia.
No la tenía fácil la Selección argentina. Croacia tuvo unos primeros 30 minutos en los que demostró todo su sello. Un bloque medio más que aceitado que presionaba, se escalonaba para robar la pelota y salía rápido. El equipo de Scaloni se vio con pocas respuestas ofensivas. Por fuera le costaba llegar. Por dentro no generaba juego interno.
El gol de Messi de penal fue el final del partido. Croacia, con todas esas virtudes, es también un equipo con poca jerarquía, aunque esté en unas semifinales del Mundial. Es un equipo al que le cuesta la finalización, los mano a mano.
Messi tuvo sus momentos de brillantez, pese al susto de los primeros minutos, en los que pareció agarrarse el isquiotibial un par de veces. Es el 10 el que guía al equipo, bañado en una inspiración que ilumina a toda Qatar.
Pero, en este Mundial, el gran mérito del equipo de Scaloni estuvo en los que rodearon a Messi. Y los que lo rodearon son buenos de verdad. Dibu Martínez en el arco. Los centrales. Enzo Fernández, pura fibra y juego. Y, por supuesto, el caballo. El caballo de pura sangre. Julián Álvarez. Corre, corre, corre corazón. Argentina está en la final.