Chucky Lozano pelea por recuperar su puesto con un buen partido ante Torino

No han sido semanas fáciles para Hirving Lozano, quien ha tenido muchos problemas luego de superar la lesión en el muslo derecho. Sin embargo, el mexicano dio una buena demostración en el partido contra el Torino que confirma el regreso a su mejor versión, poniendo nuevamente en tela de juicio la titularidad de Matteo Politano.

Aunque comenzó el partido en el banquillo de suplentes, Lozano aprovechó la media hora que le dio Gennaro Gattuso en Piamonte. Chucky volvió a ser el de antes, siendo letal en carrera, ganando la mayoría de los duelos en la banda derecha y tomando decisiones muy acertadas en la finalización de las jugadas.

El 11 de los Gil Azzurri recuperó la verticalidad con la que tantas veces marcó la diferencia a lo largo de la temporada. Esa cualidad le permitió disponer de una clara ocasión de peligro sobre el final del partido, escapándose de la defensa y culminando la jugada con un potente remate que le quemó las manos a Sirigu.

También tuvo una buena conexión con sus compañeros en ataque: Insigne, Osimhen y Mertens. El mexicano dio tres asistencias que no terminaron en gol por la poca precisión de los atacantes del Napoli en los últimos metros, un aspecto que mantuvo con vida al Torino durante varios minutos de manera innecesaria.

Al margen de que no tuvo influencia en el marcador, Lozano sí incidió en el juego del Napoli de forma muy positiva y colaboró con el cierre del partido al provocar la expulsión de Mandragora. Tan solo media hora le bastó al mexicano para demostrarle a Gattuso que tenerlo en el banquillo es un desperdicio, más con el boleto a la Champions League en juego.

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