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Barcelona-Camp-Nou-frontGetty

Buena suerte con eso

Los hechos: El Barça, durante 17 años, estuvo pagando a un éx árbitro, Enríquez Negreira, por unos servicios de asesoría arbitral y vídeos técnicos verbales. Le pagó unos siete millones de euros. Deben ser los socios del Barça los que exijan saber el destino de ese dinero, hasta el último céntimo de euro abonado. Durante 17 años, ningún presidente, ni Gaspart, ni Laporta, ni Rosell, ni Bartomeu, cerraron el grifo, hasta 2018. Deben ser los socios del Barça los que pregunten por qué. El problema es que, de 2016 a 2018, Negreira formaba parte del Comité Técnico de Árbitros mientras cobraba del Barça por sus servicios, incurriendo en un evidente conflicto de intereses. Y eso ya no atañe sólo al socio del Barça, sino al resto de clubes de Primera, a la RFEF, a la Liga, al Consejo Superior de Deportes y por supuesto, al Comité de Árbitros. Buena suerte con eso.

Si Negreira amenazó con tirar de la manta y no lo hizo, aclárese. Si el Barça decidió frenar esa práctica coincidiendo casualmente con la salida de Negreira del CTA, aclárese. Si Negreira conocía irregularidades del club, como anuncia en el burofax, aclárese. Y sobre todo, cabe preguntarse cómo Negreira, que tonto no debía de ser cuando pasó 17 años cobrando lo que cobraba, corrió el riesgo de escribir ese burofax, incriminándose a sí mismo, si no había nada irregular. Aclárese. Hasta la fecha, no existe prueba documental que vincule correlación alguna entre los servicios ofrecidos por Negreira y un presunto trato de favor arbitral respecto al club azulgrana. Aclárese. Buena suerte con eso

Mientras Negreira pertenecía al CTA, cobraba del Barça. Sea legal o no, es escandaloso. A nivel ético, indefendible. Puede y debe tener consecuencias. Y por más que se ponga el acento en que, a nivel administrativo, todo habría prescrito, cabe señalar lo mismo que unos cuantos denunciamos, a pesar del silencio cómplice de los periodistas que hoy braman justicia, con la apropiación indebida del Atlético de Madrid. Prescrito no es igual a inocente. Curioso: los que miraban para otro lado con un delito prescrito con el Atleti, son los mismos que hoy patalean exigiendo que lo prescrito tenga castigo. Buena suerte con eso.  

Si el Barça quiere culpar al empedrado, adelante. Habría sido más honesto ponerse a disposición de la justicia, explicar quién firmó ese contrato a Negreira y por qué cuatro presidentes distintos no pararon esa colaboración. Si Madrid, Atlético, Sevilla, Valencia y el resto de clubes del fútbol español se han quedado mudos, que cada palo aguante su vela. Ellos sabrán si fallan a sus aficionados. Si en el Real Madrid creen que el Barça juega “con otras reglas”, tal y como publicó ‘Relevo’ en las últimas horas,igual deberían preguntarse si es aconsejable seguir en un proyecto de Superliga junto a los que ellos creen que juegan "con otras reglas", y junto a la Juve, penalizada con 15 puntos por diferentes irregularidades. Entre el honor y el dinero lo segundo no puede ser lo primero. Buena suerte con eso.

Hay más. Durante 47 años, uno ha escuchado el mantra eterno: “No se puede poner en duda la honradez de los árbitros”. Pues no. Uno cree en la honradez de los colegiados exactamente igual que cree en la de los periodistas, políticos, electricistas y fontaneros. Los hay honrados. Y los hay que no. Aquí la cuestión es que el vicepresidente del CTA, aunque no tuviera peso en las designaciones arbitrales, sí tenía acceso a información reservada del colectivo, a la que podía acceder desde su cargo. Y aquí la cuestión es que mientras se extiende la mancha sobre el colectivo arbitral, el CTA está tardando en presentar una querella contra este señor. Escuchar al actual jefe de los árbitros decir que "era vicepresidente, pero no sabíamos cuál era su cometido" o "no sabemos qué competencias tenía, estuvo muchos años y estaba ahí en la sombra", es para comer cerillas. Al parecer, Negreira era un señor que estaba ahí, que no hacía nada, que no decidía nada y que era un jarrón de la dinastía Ming. A juzgar por lo que le pagó el Barça durante los tres años que estuvo en el CTA, era un jarrón muy caro. Cuenten cada euro. Buena suerte con eso

¿Y los aficionados, qué? ¿Qué hacer con miles de seguidores que ven el caso ‘Negreira’ como la punta del iceberg de un océano de basura? ¿Qué hacer con los que creen que todo está corrupto y podrido? Va a ser complicadoexplicar a un aficionado que a un jugador le pueden caer cuatro partidos de sanción por criticar a los árbitros, pero que no se puede castigar a un club que, durante tres años, participó en una competición mientras pagaba un pastizal al número dos de los colegiados. A ver cómo se puede explicar que en el fútbol español se castiga al que duda de la honestidad arbitral, pero no se castiga a un club que durante tres años pagó 1.4 millones por sus servicios, fueran los que fueran, al vicepresidente del Comité de Árbitros. Buena suerte con eso.  

La realidad es que los pagos podrán ser legales, pero son inmorales. La verdad es que, incluso en el caso de que Negreira quisiera chantajear al club, el Barça pagó lo que pagó, metiéndose en un berenjenal innecesario. La realidad es que ya no habrá sanción administrativa porque esto está prescrito y que si no hay castigo, el sistema seguirá alimentando la sensación de que el fútbol está absolutamente podrido. La realidad es que se ha manchado al arbitraje español, que si siempre ha estado bajo sospecha, ahora ya no tendrá tregua. Y la verdad es que, suceda lo que suceda de aquí en adelante, hay un castigo que el Barcelona no va a poder evitar. La condena social. El daño reputacional. Ese es enorme. Irreparable. Una que no prescribe. Buena suerte con eso.

Rubén Uría

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