OPINIÓN
Arturo Vidal dejó de ser indiscutidamente admirado por el hincha chileno, que lo ama por su peso en la Selección y su relevancia en Europa. En redes sociales, el King del Barcelona fue víctima de burlas después de la eliminación culé de la Champions League que tanto quiere ganar… víctima de burlas chilenas, algo que antes de 2019 nunca pasó. Pero no es que divida a los hinchas, ni mucho menos: el reconocimiento a su fútbol nunca decae.
Este fin de semana los medios de comunicación a lo largo del mundo hicieron eco de los memes sobre Vidal, que hacían énfasis a sus declaraciones del jueves, cuando en la previa de Bayern 8 - Barça 2 dijo que el gigante de Baviera no se iba a encontrar con un equipo de la Bundesliga, sino que con el mejor del mundo. Al Rey se le critica desde individuales puntuales por una eventual soberbia al emitir declaraciones, por sacar a relucir los lujos que puede permitirse por su esfuerzo deportivo y por no ser un líder de opinión social como sí otros compañeros de la Selección. El supuesto silencio es un reproche transversal para las figuras públicas, sobre todo desde que el estallido social en Chile despertó inconsistencias graves y los Aránguiz, Bravo y Medel se pronunciaron ante cada hito.
El 2-8 despertó con fuerza a los haters de Vidal, que asumen su mentalidad ganadora como arrogancia. El de las 20 vueltas olímpicas, el de la gloria y la titularidad en Colo Colo, Juventus, Bayern de Múnich, Barcelona y Chile, el del bicampeonato de América, el que se hizo un lugar en la élite batallando en el Bayer Leverkusen, el de más tackles completados en el período 2010-2019 en toda Europa, el volantero que fue stopper y lateral. Arturo Vidal, que juega en el rincón que le toque y siempre tiene algo que decir frente al rival de turno, de pronto no es indiscutido para el público. Aunque eternamente para el que ha disfrutado de su calidad los últimos tres lustros.