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Ziyech ajax(C)Getty Images

Análisis: Los peligros del Ajax, el rival del Getafe en la Europa League

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Existe un condicionante número uno para analizar la temporada del Ajax, esa que eternamente quedará como la posterior a una de las mayores gestas que el fútbol humilde ha logrado reivindicar en los últimos tiempos. Sí, el Ajax es la institución que ganó 4 Copas de Europa, que gestó la mejor hornada jamás creada por el fútbol neerlandés (la de los 70) y que dio lustre a figuras incomparables que impulsaron siempre su iconografía mundial. Pero, de igual manera, es también el club cuya fortaleza nacional en Países Bajos y aquellas míticas heroicidades ‘setenteras’, no le sirvieron para mantenerse en el estatus de los ‘gigantes’ del continente. Lo es, mucho más gigantesco que la mayoría de los que ahora llegaron para dominar la nueva Europa con sus cheques, jeques y adinerados estadios, pero son justamente estos vanguardistas inquilinos del estatus continental, quienes le hicieron mutar la piel. 

Tanto, que el Ajax hoy no puede sostenerse entre los ‘elegidos’ por ser, simplemente, portador de un país discriminado, seguramente el que más, en los cánones establecidos por la UEFA y de la ya antepasada, aunque destructiva, ‘Ley Bosman’. Un club histórico como pocos, hundido por las leyes del fútbol moderno, que lo relegan a ser un equipo obligado a renovarse con sus canteranos año tras años y que si, en el mejor de los casos, reúne una camada de nivel notable, le durará un año. Eso es lo que sucedió el pasado curso. De ahí que su mentalidad, la de persistir en su modelo, requiere un aplauso eterno porque ya no le permite aspirar a grandes títulos salvo osadías míticas, pero no desiste y acaba regalando al resto de grandes de Europa, sus armas juveniles (De Ligt y De Jong, las últimas). Así que, claro, la temporada ajaccied está condicionada precisamente por esas normas de la UEFA que, pese a ser campeón de la Eredivisie y pese a haber sido Semi-Finalista de la pasada Champions, le obliga a tener que pasar varias rondas previas en verano… donde se acrecienta el porcentaje de posible error que destruya todo el curso. Y todo esto, mientras ve como el 4º clasificado (sí, ojo, el 4º) de algunos otros campeonatos, tiene un camino incluso más accesible para acceder a la Fase de Grupos.

Esas eliminatorias veraniegas a cara o cruz, destilaron el aroma que iba a tener la campaña del Ajax. Tras vender o perder a varias de sus estrellas de la mitológica temporada pasada (también se marcharon Schone y, en menor relevancia, Dolberg) porque no puede competir financieramente con las fichas que los clubes poderosos ofrecen a sus jóvenes (imaginad cómo va a pagar una ficha de 7-8 millones de euros anuales un club que no logra prácticamente nada de televisiones en su campeonato nacional), Erik Ten Hag (que sí se mantuvo pese a tener ofertones) tuvo que experimentar en todo momento. Era julio, apenas dos meses después de rozar la Final de la Champions, y el Ajax ya estaba peleando por volver a meterse entre los grandes. ¿Acaso no lo es? ¿Acaso tiene que sufrir tales desprecios desde la UEFA? Sin su columna vertebral del pasado curso, Ten Hag inventó una medular con Mazraoui-Blind (lateral derecho y central respectivamente en el plan exitoso del pasado curso), mientras colocaba a Lisandro Martinez de central y daba entrada a otro canterano a su lado, Schuurs. El rumano Marin, teórico fichaje importante del curso, tuvo opciones en esas primeras citas del curso, pero no convenció. Resurgió Veltman como central, Mazraoui volvió al lateral y la medular se convirtió en un territorio hispano-hablante con Lisandro Martinez y el mexicano Édson Álvarez, cuya posición origen es central, pero que con las alarmas encendidas y sin recambios para lo que habían perdido, seguía haciendo aguas respecto al dinamismo, ritmo e intensidad del pasado año. Tanto, que a punto estuvo de quedar eliminado ante Paok primero y Apoel después. ¿Os imagináis a habituales inquilinos de SemiFinales de Champions como Real Madrid, Barcelona, Juventus, Liverpool… teniendo que estar jugándose la temporada en agosto en eliminatorias sin estar rodados y tras tener que vender a tus figuras? 

Aquello condicionó tanto, que cuando el Ajax se presentó en la Fase de Grupos para competir con Lille y, sobre todo, con Chelsea y Valencia, parecía que su debilidad era evidente, pero la sombra de lo que se había logrado meses antes, pesaba y estimulaba. Siguió explorando su mejor versión para reconducir la situación y estableció a Veltman-Blind centrales y a los que verdaderamente eran zagueros, Martínez y Álvarez, los situó fijos en la medular. Se perdía salida de balón, control, efectividad de pase, capacidad de dominar partidos…. Y, pese a todo, debió ser suficiente para haber merecido más, mucho más, en Londres (el Chelsea lo empató en un partido repleto de polémica) y, desde luego, suficiente para haber logrado un resultado notable ante un Valencia que sufrió lo indecible en el Ámsterdam Arena en una noche donde los ajaccied pusieron todo y recibieron nada. ¿Conclusión? Que el equipo que había sido la revelación, alegría y entusiasmo de los humildes en la Champions, pasaba a quedar eliminado poco después de aquella gesta. 

Para muchos, puede parecer un castigo ver al Ajax ahora en Europa League y por sus méritos, lo es. No obstante, es tan golpeado por las normativas actuales, que hace tiempo puede darse como habitual su presencia en la segunda competición europea, aquella a la que parecen avocadas todas las potencias de países secundarios para aquellos que sólo hablan de ‘Superligas’ y demás escarceos financieros alejados de toda ética deportiva y del carácter fundacional del fútbol. Y ahora, el Ajax que domina la Eredivisie (donde ahora su gran rival es el ascendente AZ Alkmaar) y que sigue vivo en la Copa Holandesa, tiene que elegir si este hábitat europeo que tiene que afrontar, es lo suficientemente estimulante para este proyecto que afronta golpes cada semana. 

Hace poco, saber que uno de sus iconos, Daley Blind, sufrió una afección cardiaca que puso en duda incluso su carrera, aunque ha regresado poco a poco al trabajo e incluso a jugar de nuevo. El último, por cierto, tener que anunciar ya a mitad de curso que vende a su gran estrella, Ziyech, traspasado al Chelsea antes de que terminara contrato y perdiera opciones de, al menos, sacar una cifra a la altura de lo que va a perder. Sabiendo que el marroquí se va a marchar, que la lista de lesionados es tremendamente sensible (Veltman-Schuurs-Promes-Neres y hasta el sancionado portero Onana, que obligará a que juegue con Varela, muy poco convincente y que viene de ser goleado hasta con el filial) y que la sombra de la exitosa temporada pasada pesa varios kilos más cada minuto que pasa… parece evidente que es un gran momento para que el Getafe aparezca en escena.

Ha tenido que explorar tanto Ten Hag este curso por la cantidad de condicionantes que evitaban continuidad, que los centrales y pivotes medulares van rotando sus posiciones conforme haya lesionados o sancionados, lo que obligó a que, curiosamente, aparecieran numerosos canteranos en esa zona. Cuando no hay cómo solucionarlo, todo es juventud y dar alternativas. Y así, surgieron estos meses Eiting- Ekkelenkamp y, sobre todo, Gravenberch, un gigante de sólo 17 años que se hace huecos pero que parece excesivo darle alternativa inicial en eliminatorias continentales. Sin ‘9’ definido porque Huntelaar no aguanta a su edad muchos minutos, apareció Lassina Traoré (burninés primo del Traoré del Lyon y ex del Ajax) y hasta Danilo, un delantero brasileño que lleva muchos años en las inferiores holandesas. Es decir, el contexto es todo menos agradable para enfrentarte, precisamente, al Getafe.

Además, siendo honestos, la enorme competitividad, identidad y fortaleza global de los azulones, les otorga un ‘plus’ en este contexto de falta de certezas en el Ajax. Dudar ante los getafenses, significa sumar de antemano un altísimo porcentaje de resultado inverso, pues pocos clubes existen en toda Europa ahora mismo con la convicción que ha logrado Bordalás en su colectivo. Todos sus hombres han mostrado estar capacitados para aportar e incluso cuando empezó su caminar continental, las rotaciones sirvieron para dosificar y, pese a ello, mantenerse fuertes y acceder a esta segunda fase del curso europeo. Hoy, todas las certezas visten de azulón. Así es el fútbol. Así es la vida anual del Ajax cada curso. De la gloria al dolor, en siete meses. 


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