+18 | Contenido comercial | Se aplican términos y condiciones | Juega responsablemente | Principios editoriales
laportaGetty Images

Advertencia: A continuación, algunos 'spoilers'

De entrada, misión para el ‘Capitán Obvio’: Si hubo delito o no, si existió corrupción deportiva o no, lo tendrá que decidir la justicia. Ni el Barça, ni el Madrid, ni Laporta, ni Tebas, ni Florentino, ni los aficionados del Barça, ni los del Madrid, ni sus terminales mediáticas, ni los guiñoles que presumen de ser periodistas cuando son basureros del poder. Será la justicia. Cuando se pronuncie, unos y otros deberían acatar su decisión. Atención, primer spolier’: No lo harán.. Les va mejor llenarse la boca de valores y rivalidades, buenos y malos, tirándose porquería unos a otros, mientras se alían para poner el cazo ideando y fabulando competiciones cerradas, elitistas y que les harán más ricos de lo que son. 'Spoiler': Mal me quieres, mal te quiero, pero no me toques el dinero

Dos meses después, apareció en escena Laporta. Sin leer, a pecho descubierto, sin signos de arrepentimiento y pasando de la defensa al ataque. Laporta, genuino y fiel a sí mismo, dio su versión durante dos horas. Para unos, ha escenificado el arte de hablar mucho sin decir nada. Para otros, ha desperdiciado una ocasión para aclarar todo. Y para otros, se ha limitado a repetir que, si existió corrupción entre personas físicas, eso convierte al Barça en víctima y no en cómplice. El discurso del presidente habría sido más sólido si hubiera reconocido que, al menos a nivel ético, pagar al vicepresidente de los árbitros, durante años y por diferentes servicios, era, es y seguirá siendo algo lamentable. Otro 'spoiler': en caso de haberlo reconocido, el barcelonismo le habría matado y el madridismo, aplaudido. 

De propina, Laporta ha tirado del recurrente “y tú, más”. Ha explicado que Florentino estaba bajo presión de sus socios y se apresuró personándose como acusación. Ha cogido su fusil y como Rambo en ‘Acorralado’, ha abierto fuego a discreción. Ha acusado al Madrid de cinismo, de ser un club históricamente beneficiado por los árbitros, de ser conocido como el ‘equipo del Régimen’ del dictador Franco y ha expuesto que, durante décadas, el Comité de Árbitros estaba formado por ex jugadores, entrenadores, socios o directivos del Real Madrid. Arenas movedizas. Gasolina para unos, demagogia para otros. Para muchos culés, "mi presidente". Para muchos madridistas "ridículo espantoso". Patada a seguir.

Laporta revienta la pelota y su patadón tiene dos direcciones: La primera autopista, el ojo por ojo. Elevar la voz para quejarse de que intentan manchar su club para, cinco minutos después, manchar el nombre de otro. La segunda autopista invita a que otros paguen también el peaje: despejar una pelota envenenada, llena de barro, colocándola en el tejado del Madrid, que ahora tendrá que pensar si entra al trapo o no. 'Spoiler': La táctica es más vieja que el hilo negro, pero siempre funciona. Pasión. Instintos bajos. Buenos y malos.

Laporta se remite a la justicia, señala a Javier Tebas, tiende puentes con UEFA y alaba la corrección de RFEF y CSD. De manual. Último 'spoiler'. La nueva temporada del 'caso Negreira' la resuelve Laporta dejando un mensaje público en el contestador de Florentino. Si quiere seguir alimentando la ‘guerra fría’ mientras ambos clubes siguen aliados por la pasta de la Superliga (por ahora, ‘Supernada’), adelante. Y si quiere guerra, la tendrá. Winston Churchill solía decir:"Algunos hombres cambian de partido por el bien de sus principios y otros cambian de principios por el bien de sus partidos". La política se ha futbolizado. Y el fútbol se ha politizado.Aquí no pasa nada. Y si pasa, se le saluda.

Rubén Uría

Anuncios

ENJOYED THIS STORY?

Add GOAL.com as a preferred source on Google to see more of our reporting

0