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Lionel Messi, Kylian Mbappe, Pep Guardiola CWCGetty/GOAL

La venta de boletos para el Mundial de Clubes 2025 en Estados Unidos avanza con lentitud

La incómoda verdad la reveló uno de los propios protagonistas.

Durante una rueda de prensa la semana pasada, el delantero del LAFC, Jeremy Ebobisse, dijo en voz alta lo que muchos ya intuían, pero pocos querían admitir: existen dudas reales sobre cuántas personas asistirán a los partidos de la Copa Mundial de Clubes.

"Necesitamos ver cómo será el ambiente cuando lleguen los partidos", comentó Ebobisse. "Podría ser difícil sentir lo especial del torneo si algunos estadios no cumplen con nuestras expectativas internas".

Y ahí quedó todo dicho. En teoría, no debería ser así. La Copa Mundial de Clubes parece tener todo para triunfar en Estados Unidos: grandes estadios, fuerte campaña de marketing, un trofeo llamativo y estrellas del fútbol mundial que rara vez se pueden ver en persona. Sin embargo, a menos de una semana del inicio, la venta de entradas avanza con lentitud. El partido inaugural entre Inter Miami y Al-Ahly aún no está agotado, y el nivel superior del Hard Rock Stadium en Miami podría lucir vacío.

La FIFA apostaba por convertir este torneo en un evento de alto impacto, capaz de atraer tanto a los aficionados de siempre como a un nuevo público. Pero la realidad actual deja dudas sobre si ese objetivo se logrará.

  •  President of FIFA Gianni Infantino speaks next to the trophy during the 2025 FIFA Club World Cup Draw ceremony Getty Images

    Las esperanzas de la FIFA para el torneo

    Vale la pena observar cómo la FIFA ha estructurado todo esto. La intención —y lo sigue siendo— es que el nuevo Mundial de Clubes se convierta en un evento glamuroso que reúna a 32 equipos de todo el mundo en Estados Unidos. Una mezcla de potencias europeas, leyendas sudamericanas y esos clubes intrigantes de otras regiones que suelen quedar fuera del radar del aficionado promedio, todo bajo el formato familiar de una Copa del Mundo.

    Y, en papel, no suena mal.

    Pero vender esta idea ha sido más difícil de lo esperado. Las razones son varias. La primera, y más evidente, es que se trata de algo nuevo. Nadie sabe bien qué esperar. Este es el debut del torneo a gran escala, con 32 clubes participantes. Tal vez, en 20 años, sea la competencia de clubes más importante del planeta.

    Por ahora, no lo es.

    La segunda gran duda es la competitividad. Aún está por verse qué tan en serio se lo tomarán los equipos. El torneo se celebra al final de la temporada, cuando la mayoría de los jugadores están al límite físico. ¿Será una serie de amistosos con uniforme oficial? ¿O realmente habrá intensidad y lucha por el título?

    La FIFA ha intentado mitigar esas dudas con incentivos económicos sustanciales, presuntas exigencias para que los clubes alineen a sus máximas figuras y la apertura de una ventana de fichajes extra para facilitar registros antes del torneo.

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  • Real-Madrid-Real-Sociedad-La-LigaAFP

    Precios de entradas, altos y bajos

    Parecía haber una expectativa general —al menos por parte de la FIFA— de que los aficionados responderían de inmediato. Negociar los derechos de transmisión ya se preveía complicado, pero en teoría, la venta de entradas debía fluir sin problemas. Después de todo, los partidos amistosos de pretemporada de clubes europeos suelen agotarse en Estados Unidos. Incluso la idea de llevar un partido oficial de liga europea al otro lado del Atlántico parte del supuesto de que los fanáticos locales llenarán las gradas.

    Y esta vez no se trata de amistosos en los que figuras como Vinicius Jr., Jude Bellingham, Erling Haaland o Kylian Mbappé jueguen apenas unos minutos. La Copa Mundial de Clubes traerá a esos cracks —junto a entrenadores de élite como Pep Guardiola— a EE.UU. por casi un mes. Participarán clubes como Real Madrid, Manchester City, Chelsea, Juventus y Bayern Múnich, además del Inter Miami de Lionel Messi y los representantes de la MLS: Seattle Sounders y LAFC.

    Desde la Copa Mundial de 1994, el fútbol masculino de máximo nivel no había sido tan accesible en suelo estadounidense. En teoría, todo tenía sentido.

    Pero desde el principio, los precios fueron elevados. El boleto más barato para el partido inaugural costaba 349 dólares cuando salieron a la venta en diciembre pasado. Para la final, la entrada más económica alcanzaba los 892 dólares.

    Además, la introducción del sistema de “precios dinámicos” complicó aún más las cosas. Es un modelo diseñado para maximizar ganancias: los precios varían según el partido y la demanda. Por eso, una entrada para ver al Real Madrid contra RB Salzburg costaba más que para un Botafogo vs Seattle Sounders.

    Este modelo ha sido motivo de críticas entre los aficionados, que lo consideran una causa de precios excesivos, sobre todo en el mercado de reventa, donde los revendedores inflan aún más los costos.

    Aun así, es una práctica común en el deporte y el entretenimiento. Y, en algunos casos, ha funcionado. Por ejemplo, los boletos para los partidos del Real Madrid tienen precios distintos según el rival. Ver a los blancos enfrentarse a Al Hilal cuesta más que verlos contra Pachuca. El primer duelo, de hecho, ya está agotado.

  • Inter Miami CF v Columbus CrewGetty Images Sport

    Nivel de interés, reducción de precios

    Fuera del papel y los nombres rimbombantes, persisten las preocupaciones. Ninguna más visible que la que rodea al Inter Miami. La FIFA esperaba que el duelo entre los Herons y Al Ahly en el Hard Rock Stadium fuera el arranque perfecto para el torneo: Lionel Messi, en casa, inaugurando la competencia.

    Pero el interés ha sido menor al esperado. Hasta la semana pasada, aún era posible conseguir boletos para el partido inaugural por apenas 55 dólares. Miles de asientos permanecían vacíos.

    Ante el panorama, la FIFA ha tomado medidas drásticas para ajustar los precios en todo el país. A partir del 8 de junio, los boletos se han rebajado en al menos tres ocasiones. Además, se lanzaron incentivos especiales, como un paquete que ofrece a quienes compren 20 entradas para el torneo la oportunidad garantizada de adquirir un boleto para la final del Mundial 2026 —aunque sin detallar el costo.

    Sin embargo, el riesgo de ver estadios medio vacíos persiste, sobre todo en los encuentros entre clubes con menor renombre internacional. El partido entre Ulsan Hyundai (Corea del Sur) y Mamelodi Sundowns (Sudáfrica) —con todo el respeto a su tradición— puede verse por tan solo 33 dólares en el Inter&Co Stadium.

    Y la preocupación no termina ahí. Incluso duelos con equipos más populares han tenido dificultades para generar tracción. Si el torneo comenzara hoy, el Rose Bowl —uno de los estadios más emblemáticos de Estados Unidos— estaría medio vacío para un atractivo enfrentamiento entre el PSG y Botafogo, actuales campeones de la Champions League y la Copa Libertadores, respectivamente.

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  • Seattle SoundersGetty Images

    Aficionados leales que pagarán

    Algunos aficionados de la MLS, sin embargo, han estado dispuestos a pagar el precio, sin importar lo elevado de las tarifas. Y tiene sentido. Para muchos, la Copa Mundial de Clubes representa una oportunidad única: medir a su equipo frente a gigantes europeos o ver en vivo a estrellas que, en otras circunstancias, serían inalcanzables.

    “Cuando salieron los primeros precios, compré uno para ver al PSG por mi cuenta. Me costó unos 175 dólares por un asiento en la parte superior del estadio”, relató a GOAL Cameron Collins, presidente del grupo de aficionados de los Seattle Sounders, Gorilla FC.

    Quienes forman parte de la escena futbolística en Estados Unidos también sostienen que los amistosos de pretemporada han demostrado ser un buen indicador del interés que puede generar este tipo de eventos. A medida que el torneo arranque, la visibilidad crezca y el balón comience a rodar de verdad, se espera que las ventas de última hora repunten.

    “He ido a partidos de pretemporada donde pensaba que habría poca gente, pero siempre se llena,” explicó Kay Murray, analista de ESPN FC, a GOAL. “Así que sí, probablemente también saldrán para la Copa Mundial de Clubes. Siempre me sorprenden, pero los aficionados al fútbol en EE.UU. son increíbles y aman este deporte.”

    Es fácil imaginar que los hinchas más apasionados estén dispuestos a pagar lo que sea con tal de ver a su club internacional favorito en acción, sobre todo si no tienen la posibilidad de viajar a Europa con frecuencia. Sin embargo, ese entusiasmo tiene límites. En Filadelfia, por ejemplo, no hay 90,000 aficionados del Chelsea dispuestos a pagar cientos —o incluso miles— de dólares por una entrada.

    A diferencia de una Copa del Mundo, donde los hinchas recorren el planeta para apoyar a su selección, aquí no se espera ese mismo volumen de viajeros para seguir a clubes individuales.

  • جيمي جيتينزGetty Images Sport

    El sorprendentemente estable mercado de reventa

    Sin embargo, a pesar de las preocupaciones alrededor del precio de las entradas estándar, el mercado de reventa ha mostrado fuerza. Datos proporcionados por StubHub revelan que los boletos para la Copa Mundial de Clubes han sido adquiridos por aficionados de 84 países, más del doble que los 39 registrados en el torneo más pequeño de 2023. A nivel global, el 86% de los compradores proviene de Estados Unidos, seguido por Argentina y Brasil como los mercados internacionales más activos.

    Los precios para los partidos varían considerablemente. En promedio, una entrada para la fase de grupos cuesta 148 dólares, mientras que el precio medio para la final asciende a 900 dólares. Hasta la semana pasada, el boleto más barato se encontraba en 39 dólares para el duelo entre Fluminense y Borussia Dortmund del 17 de junio, una cifra acorde con las expectativas del mercado de reventa.

    “Para StubHub, este torneo demuestra que cuando llevas fútbol de clubes de primer nivel a los mercados adecuados, donde la pasión está en crecimiento, puedes generar un compromiso sostenible por parte de los aficionados,” señaló Adam Budelli, portavoz de la plataforma.

    “Los aficionados están utilizando nuestra plataforma para lo que fue diseñada: flexibilidad cuando su equipo avanza de manera inesperada, conveniencia para mejorar sus asientos, o simplemente la tranquilidad de saber que pueden conseguir entradas hasta poco antes del inicio del partido.”

    Budelli añadió: “No se trata solo de un torneo. Se trata de establecer relaciones a largo plazo con aficionados que ahora se sienten cómodos invirtiendo en experiencias futbolísticas premium.”

  • Gianni Infantino 2025 Club World Cup TrophyFIFA

    ¿Podrían cambiar las cosas?

    También es importante señalar que la FIFA tiene el control total sobre el proceso de venta de entradas. Aunque los vendedores pueden aplicar tarifas adicionales, es el organismo rector quien determina los precios, los tiempos de venta, el diseño de los boletos, la disponibilidad en preventa y las condiciones de reventa a través de plataformas autorizadas. En ese sentido, Ticketmaster tiene poca o ninguna influencia, más allá de una tarifa de servicio que se aplica en ciertas transacciones estatales.

    De acuerdo con The Athletic, existe cierto optimismo con respecto a la venta de boletos a medida que se acerca el partido inaugural. Además, es probable que la demanda aumente de forma considerable en las rondas eliminatorias, una vez que se definan los enfrentamientos directos —y con ello, también los precios.

    Sí, este torneo podría marcar un momento clave. Sí, la gente podrá verlo por televisión, seguir la transmisión en línea o sumarse al debate en redes sociales. Habrá cobertura mediática. Pero, a solo unos días del inicio, la verdadera experiencia del día del partido —el verdadero gancho para una nueva audiencia— sigue siendo una incógnita.

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