La Copa Mundial de Clubes dejó claro que existen desafíos controlables y otros incontrolables. El principal de todos es el clima. Los Mundiales que se juegan en verano serán cada vez más difíciles debido a las temperaturas extremas y los fenómenos climáticos disruptivos. Por eso la Copa del Mundo de 2022 en Qatar se celebró en noviembre, un cambio significativo respecto al tradicional calendario de junio-julio.
Probablemente la FIFA debería haber tomado esto en cuenta con anticipación. Profesores, climatólogos y ONG han escrito extensamente sobre el impacto del cambio climático en el fútbol.
Pero dejando eso a un lado, hay un hecho fundamental: América se calienta mucho en verano. Esto no es una novedad. Las condiciones climáticas severas, como tormentas eléctricas y rayos, también provocaron retrasos o suspensiones prolongadas de partidos. Sin embargo, los equipos europeos parecían sorprendidos por el calor abrasador.
El entrenador del PSG, Luis Enrique, reconoció que las altas temperaturas influyeron en la contundente victoria 4-0 sobre el Atlético de Madrid en el partido inaugural de la fase de grupos. Enzo Maresca, técnico del Chelsea, se mostró frustrado porque su equipo apenas pudo entrenar debido a que las temperaturas superaron los 100 grados Fahrenheit (más de 38 °C) en Filadelfia.
“Es casi imposible entrenar o realizar una sesión con este clima. Ahora tratamos de ahorrar energía para el partido”, afirmó Maresca.
Enzo Fernández, del Chelsea, quien ha jugado gran parte de su carrera en la humedad sudamericana y está acostumbrado a amistosos sofocantes con Argentina, confesó haberse sentido mareado por el calor.
El Borussia Dortmund fue criticado porque sus suplentes vieron parte del partido contra Mamelodi Sundowns desde los vestuarios, una imagen que cobra sentido al considerar que la temperatura superaba los 90 grados Fahrenheit (más de 32 °C).
Algunas voces discrepantes vinieron de equipos brasileños, saudíes y africanos, que afirmaron que el clima era bastante habitual para ellos. Harry Kane, delantero del Bayern Munich, criado en el clima frío y húmedo del norte de Londres, admitió que estas condiciones son simplemente “parte del fútbol”.
De cualquier manera, se ha iniciado un debate sobre las implicaciones del clima para la Copa del Mundo. FIFPro, el sindicato mundial de futbolistas, afirmó que varios partidos de la Copa Mundial de Clubes deberían haberse cancelado por condiciones climáticas inseguras. Nueve de las 16 ciudades anfitrionas del Mundial 2026 presentan durante el verano temperaturas promedio que representan un “alto riesgo” de lesiones relacionadas con el calor.
Alexander Bielefeld, director de Política Global de FIFPro, resumió la situación:
“Lo que vimos en la Copa Mundial de Clubes debe ser un llamado de atención para la FIFA”, afirmó. “Está claro que ciertas zonas de EE. UU., especialmente Florida, tienen un riesgo elevado y la necesidad de evitar partidos al mediodía. Por ello, los juegos programados en esas ciudades deberían trasladarse a horarios más tardíos. La salud y seguridad de los jugadores deben prevalecer sobre los intereses comerciales, incluidos los de las cadenas televisivas.”
Gianni Infantino reconoció que “la salud de los jugadores es importante” y defendió que las pausas obligatorias para refrescarse marcaron la diferencia. Pero la FIFA tendrá que tomar decisiones reales al respecto. Algunos sugieren que adelantar los horarios de inicio podría ser una solución, pues jugar en la tarde en muchas ciudades parece poco razonable.
“Cada crítica que recibimos es una oportunidad para estudiar y analizar qué podemos mejorar”, dijo Infantino en una conferencia de prensa en Nueva York. “Por supuesto, el calor es un problema. El año pasado, en los Juegos Olímpicos de París, los partidos diurnos en todos los deportes se disputaron en condiciones muy calurosas. Las pausas para refrescarse son muy importantes, y veremos qué podemos hacer. Contamos con estadios techados que, sin duda, se usarán durante el día el próximo año.”
De hecho, algunos estadios cuentan con techo, pero solo cuatro de los 16 sedes designadas para 2026 tienen esta característica: el Mercedes-Benz Stadium en Atlanta, el AT&T Stadium en Dallas, el NRG Stadium en Houston y el BC Place en Vancouver.