Erling Haaland pasó la primera parte de su verano comiendo langosta mientras estaba de vacaciones. Luego devoró a los oponentes de Noruega en las eliminatorias para la Copa del Mundo, anotando en la gran victoria sobre Italia antes de conseguir el único gol contra Estonia para poner a su país rumbo a clasificarse para su primer torneo global desde 1998.
Ahora, el delantero estará ansioso por otro festín de goles en la Copa Mundial de Clubes, especialmente después de que el Manchester City haya formado un nuevo ataque mortal a su alrededor al firmar a Rayan Cherki, Tijjani Reijnders y Rayan Ait-Nouri tras un gasto de £110 millones ($149m).
Las dos principales pasiones de Haaland son comer y marcar, pero en el campo se vio obligado a pasar hambre hacia el final de la temporada pasada. Se perdió seis semanas de acción con el City después de sufrir una lesión en el tobillo a finales de marzo, y cuando regresó en mayo, parecía carecer de su habitual agudeza y, lo más preocupante, de su apetito por encontrar la red.
Haaland no logró marcar en sus primeros tres partidos de regreso y rechazó la oportunidad de lanzar un penalti en la final de la FA Cup, dejando que Wayne Rooney sugiriera: "Tal vez la idea de tomar un penal en Wembley pudo haber sido demasiado para él."
El delantero volvió a encargarse de los penales en el último partido de la temporada en Fulham mientras ayudaba a asegurar el lugar del City en la próxima Liga de Campeones. Sin embargo, terminar tercero en la Premier League no salvó lo que fue "una temporada catastrófica", en palabras del propio Haaland. Pero ahora ha recuperado su apetito a nivel internacional, el Mundial de Clubes le ofrece a él y al City la plataforma perfecta para corregir las cosas.
.jpg?auto=webp&format=pjpg&width=3840&quality=60)
.jpg?auto=webp&format=pjpg&width=3840&quality=60)


.jpg?auto=webp&format=pjpg&width=3840&quality=60)

.jpg?auto=webp&format=pjpg&width=3840&quality=60)



