La relación entre el Barcelona y Ter Stegen se rompió durante el verano ya que le informaron al de 33 años que sería relegado a tercer portero bajo el entrenador Hansi Flick en la nueva temporada. Debido a la llegada de Joan García, el nuevo titular indiscutible, desde el Espanyol y la recontratación de Wojciech Szczesny, el club esperaba convencer a Ter Stegen de que se fuera en un intento de quitarse su salario de las cuentas.
La tensión alcanzó su punto máximo cuando Ter Stegen, después de requerir una operación por una lesión en la espalda, se negó a firmar el informe médico que confirmaría a La Liga que estaría fuera por un periodo prolongado, lo que le permitiría al Barcelona utilizar una gran parte de su salario para cubrir el de García, permitiendo que pudiera ser inscrito a tiempo para su primer partido de la temporada. La negativa del alemán provocó acciones disciplinarias ya que fue despojado temporalmente de su capitanía, aunque finalmente cedió y aprobó que el informe fuera enviado a La Liga.