Por momentos, parecía que el Leverkusen volvería a dejar puntos en el camino tras ir perdiendo por dos goles. Jeremie Frimpong recortó la ventaja del Stuttgart, pero un autogol de Granit Xhaka devolvió la diferencia de dos tantos para los locales. Sin embargo, el Leverkusen protagonizó otra de sus épicas remontadas: Piero Hincapié descontó, un autogol de Angelo Stiller selló el empate y, en el minuto 94, Patrik Schick anotó el gol del triunfo, desatando la euforia de Xabi Alonso y todo el banquillo visitante.