La lesión de Ter Stegen devuelve del retiro a Szczęsny: pros y contras del sorpresivo fichaje del FC Barcelona

Más sorprendente que su fichaje por el Barcelona fue que Szczesny decidiera retirarse en el verano, después de haber disputado la Eurcopa con Polonia y de haber faltado únicamente en tres partidos de la Serie A 2023-24 en la portería de la Juventus.

Con 34 años, el oriundo de Varsovia se encontraba completamente vigente, con una edad que para un guardametas habla mucho más de madurez que de veteranía, por lo que su decisión de interrumpir el contrato que lo unía a la Vecchia Signora un año antes de su finalización fue una sorpresa mayúscula.

Pasó poco más de un mes desde el 21 de agosto en que el polaco anunció su retirada, por lo que el riesgo de que se encuentre fuera de forma es mínimo: según reportes cercanos al portero citados por medios catalanes, Szczesny se dio algunos permisos durante las primeras semanas, pero apenas se abrió la posibilidad de vestir de blaugrana activó nuevamente el modo profesional y confía en estar rápidamente a tope.

Las preocupaciones, sin embargo, vienen por los motivos que le llevaron a colgar los guantes.

"Aunque mi cuerpo está preparado para afrontar nuevos desafíos, mi corazón ya no lo está. Creo que es el momento de prestar toda mi atención a mi familia", escribió Szczesny en su cuenta de Instagram en el posteo donde anunció el final de su carrera profesional. Una frase que deja en claro que el fuego sagrado de la competencia se había apagado en él. ¿Por qué ahora habría de haberse encendido de nuevo?

El polaco había finalizado su séptima temporada en la Juventus, el club más laureado de Italia, que se preparaba para una temporada 2024-25 en la que regresaría a la Champions League tras faltar en 2023-24 y donde la directiva había decidido encarar una importante renovación en la plantilla para recuperar la competitividad perdida. No hay situaciones mucho más desafiantes en la élite que ser un referente en la lucha por devolver a los primeros planos a un gigante dormido. Pero Szczesny decidió apartarse.

El Barcelona, en algún punto, está en un proceso similar al de la Juve, con su búsqueda de recuperar terreno con el Real Madrid en LaLiga y su objetivo de volver a ser relevante en Europa luego de una década. Y no puede permitirse tener jugadores que no tengan ese hambre de gloria.

Desde que puso final a su carrera, Szczesny se instaló junto a su esposa y sus dos hijos en las playas de Marbella, a unos cómodos 800 kilómetros de Barcelona, lo que jugó un factor importante en su decisión de aceptar el desafío blaugrana. Pero hubo otro punto todavía más decisivo: el llamado de su amigo Robert Lewandowski, con quien tiene una relación de casi 20 años.

El portero y el goleador se conocieron en el filial del Legia Varsovia en el 2005, aunque nunca compartieron el campo de juego (el meta no llegó a jugar ningún partido antes de marcharse al Arsenal en 2006), pero desarrollaron una gran amistad en los 15 años que compartieron la plantilla de la selección polaca, en los que disputaron juntos cuatro Eurocopas y dos Copas del Mundo.

Lewy sabe mejor que nadie lo que Szczesny puede aportar al FC Barcelona y por eso levantó el teléfono para convencerle de que acepte el desafío. Claro que la respuesta que, aseguran, recibió de su parte podría ser también otro punto de conflicto.

"Estoy muy bien como estoy. Si voy, es para ser titular, no me hagan fichar para luego sentarme en el banquillo". Estas fueron, palabras más, palabras menos, las condiciones que puso Szczesny a su amigo Lewandowski según el periodista Jofre Mateu, de la Cadena SER.

Un pedido que se apetece lógico por parte de un exfutbolista que ya comenzaba a armar su nueva vida, pero que puede generar alguna turbulencia dentro del vestuario blaugrana: desde que se produjo la lesión de Ter Stegen, tanto Hansi Flick como Deco dieron a Iñaki Peña la tranquilidad de que sería el dueño de la portería y que sólo ficharían otro meta para tener un reaseguro en caso de un imprevisto.

Está claro que el polaco no saldrá del retiro para pasarse ocho meses como un espectador de lujo en el banquillo azulgrana, pero el canterano viene un verano en el que rechazó ofertas que le garantizaban titularidad en LaLiga porque iba a ser el primer relevo. De Ter Stegen y no de otro, por más pergaminos que tenga.

En definitiva, la llegada de Szczesny sin dudas que resuelve el problema del Barça en cuanto a la falta de alternativas de experiencia y agrega a la plantilla a un profesional probado y de primer nivel.

Sin embargo, la solución cortoplacista puede generar algún problema en el mediano plazo, no solo porque abre un interrogante alrededor de la figura de Iñaki Peña y su futuro dentro del club, sino porque Ter Stegen también espera regresar antes del final del curso.