¡La joya no está en venta ni por 200 millones! El Barcelona necesita hacer caja este verano, pero no debe traspasar a Lamine Yamal al PSG

En Barcelona era sabido que Yamal era un prospecto extremadamente talentoso, con todas las cualidades de una futura estrella. El extremo jugaba tres años por encima de su categoría en La Masia y regularmente se volvía viral con videos mostrando sus habilidades. Se le tomó una foto junto a Lionel Messi a los 13 años y fue convocado por primera vez al entrenamiento del primer equipo a los 15. Nacido y criado en Barcelona, Lamine levanta sus dedos formando el código de área de la ciudad después de anotar: ¿qué más podría necesitar para convertirse en un ícono?

El chaval también impresionó en su debut en abril de 2023, con unos promisorios 12 minutos para un equipo del Barça que ya había asegurado el título de LaLiga. Xavi incluso insistió en que Yamal podía "marcar una era" después del partido.

Aún así, no se suponía que la Era Lamine comenzara tan pronto. Yamal afirmó su lugar en el XI tan pronto como en agosto, cuando cambió el rumbo del Trofeo Joan Gamper con una actuación eléctrica contra el Tottenham para asegurar una victoria por 4-2. Una mezcla de lesiones y suspensiones dentro de la plantilla forzaron su inclusión en la alineación de Xavi en varios momentos de agosto y septiembre, y los goles, asistencias y momentos de destaque siguieron.

Para Navidad, el adolescente ya era un miembro importante del equipo de Barcelona. Y por estos días, es un indispensable.

Su emergencia llega en medio de una temporada difícil para el club blaugrana. El equipo de Xavi siempre supo que sería difícil defender el título liguero ante la amenaza de un Real Madrid que estaba reorganizándose y necesitado de mejorar tras una decepcionante campaña 2022-23. Mientras tanto, el Barça hizo poco para reforzarse durante el verano.

Las deficiencias se han mostrado desde el primer día. El equipo de Xavi es inestable en ambas áreas del campo: carece de ideas en el ataque mientras perdió la solidez defensiva que lo había llevado a su primer título de LaLiga en cuatro años.

Las caídas en los rendimientos individuales tampoco han ayudado. Los números goleadores de Robert Lewandowski han caído en picado, mientras que Jules Koundé y Ronald Araújo no han estado en su mejor forma en la defensa. Los problemas de espalda de Marc-Andre ter Stegen también han tenido un impacto, al igual que las lesiones del trío titular del centro del campo, Gavi, Pedri y Frenkie de Jong. Xavi pudo haber sorprendido a algunos cuando anunció en enero su renuncia al final de la temporada, pero realmente no tenía muchas razones para quedarse.

Aún así, por mucho que esta temporada haya ido mal, el Blaugrana puede encontrar consuelo en la oleada de jóvenes prometedores que han llegado al equipo, entre los cuales Lamine es la pieza central, un extremo que parece capaz de llevar las riendas del Barça durante las próximas dos décadas. Junto a él, Pau Cubarsí ha irrumpido en escena y se estableció como el mejor defensa central que ha salido de La Masia en años. Fermín López también ha impresionado, siendo una presencia bulliciosa en el centro del campo que está listo para estar en la rotación por un tiempo. Incluso en esta temporada tan olvidable, hay motivos para el optimismo.

Las base está, en definitiva. Sin embargo, el problema sigue siendo que el Barça no puede construir sobre ellas. Los problemas financieros del club comenzaron cuando el expresidente Josep María Bartomeu efectivamente llevó al club a la bancarrota durante su mandato, tras una mala gestión de las finanzas y una serie de decisiones catastróficas en transferencias y negocios. Las cosas se pusieron tan mal que la primera gran decisión de Laporta en 2021 fue no renovar el contrato de Messi, quien debió irse exiliado al PSG.

Después de un año de miseria, el presidente ideó una forma novedosa de resolver los problemas causados por su predecesor. Hizo una serie de acuerdos arriesgados que generaron efectivo en lo inmediato a cambio de patrimonio institucional a largo plazo, una decisión que hipotecó el futuro del Barça para mejorar el presente. Y, en cierto sentido, la apuestafuncionó. El Barça ganó el título liguero y volvió a afirmar su estatus en la cima del fútbol español.

Sin embargo, las cosas han empeorado drásticamente desde entonces. La guerra abierta del club con el presidente de LaLiga, Javier Tebas, ha arruinado su histórica posición de negociación sólida en política de gastos. Por lo tanto, el Barça tendrá que reducir a la mitad el valor de su plantilla si quieren comprar nuevos jugadores a una tasa proporcional este verano.

Mientras tanto, algunos de los acuerdos que Laporta hizo el verano pasado no han dado los frutos esperados, con un socio -el fondo de inversiones alemán Libero- que aún adeuda el pago de alrededor de 40 millones de euros. El año pasado, Tebas también prohibió el uso de las llamadas 'palancas' financieras para obtener más efectivo. El Barça, entonces, se ha quedado sin opciones.

La única opción, entonces, es vender jugadores. El tope salarial actual del Barça se sitúa en 270 millones de euros pero, según las previsiones de gasto de LaLiga, se reducirá a solo 204 millones la próxima temporada. Eso no significa que el club blaugrana sea considerado financieramente incapaz, ni que corra riesgos de sanciones directas por excederlo. Más bien, la directiva tendrá el poder adquisitivo limitado y se verá obligada a vender antes de poder comprar jugadores a una tasa proporcional.

Existen algunas decisiones fáciles que ayudarán con el problema. Los veteranos Sergi Roberto y Marcos Alonso están listos para partir, mientras que varios miembros del equipo ya se han ofrecido voluntariamente a reducir sus salarios. Además, los actualmente cedidos Ansu Fati y Eric García también tienen previsto salir de manera definitiva una vez que finalicen sus préstamos en Brighton y Girona, respectivamente, lo que libera aún más espacio.

Pero estos sólo son ajustes, actos de ahorro en lugar de movimientos a gran escala, por lo que el Barça todavía necesitará hacer algún negocio grande.

En términos de activos que podrían aportar sumas sustanciales, el candidato más obvio parece ser Raphinha. El brasileño ha mostrado mejoras últimamente, con cuatro contribuciones de gol en sus últimos cinco partidos, pero aún no ha tenido un éxito rotundo desde su fichaje desde Leeds United en 2022 a cambio de 65 millones de euros. El extremo ha sido relacionado con varios clubes importantes en los últimos meses, incluyendo al Arsenal, Newcastle y Chelsea. Incluso sin estar en su mejor forma, el atacante debería obtener un buen retorno y no se espera que se le eche mucho de menos cuando se vaya.

Araújo también ha sido relacionado con una salida. El central estuvo entre los mejores en su posición en Europa la temporada pasada, pero no ha logrado replicar esa forma en esta campaña. Y aunque el uruguayo ha afirmado que su deseo es quedarse en Cataluña, equipos de élite están detrás de su rastro, especialmente el Bayern Múnich, que necesita algo que se asemeje a la fiabilidad en la última línea.

La posibilidad de que De Jong se vaya también sigue en pie después de que casi fichara por el Manchester United en 2022 y no sería ninguna sorpresa si el neerlandés fuera el sacrificio que finalmente haga el Barcelona. Incluso Gavi y Pedri han surgido en el torbellino que es la prensa futbolística española como posibles ventas, aunque Laporta sería reacio a perder a cualquiera de los prospectos más brillantes del centro del campo de España antes de sus años de mayor rendimiento.

Y así llegamos a Lamine. A principios de marzo, Marca informó que el Barcelona había recibido una oferta verbal de más de 200 millones de euros del PSG por el delantero, algo que Laporta confirmó más tarde como real. Un acuerdo así convertiría a Yamal en el segundo futbolista más caro de todos los tiempos, y en la segunda venta más grande en la historia del Barça, dos récords que actualmente corresponden a la transferencia de Neymar al propio club parisino.

Una propuesta así es obviamente tentadora. Financieramente, sería suficiente para poner al club de nuevo en el buen camino, dado que casi el total del dinero entraría al club por tratarse de un producto de la cantera. El Barça no está en peligro de desaparecer pronto, pero vender su activo más preciado por una cantidad astronómica sin duda les permitiría recuperarse y comenzar de nuevo.

La perspectiva parisina también tiene sentido. El club galo se prepara para perder a Mbappé este verano, y necesitan un nuevo delantero estrella para liderar al equipo en su próxima era. Yamal no es Mbappé, pero si alguna vez hubo un joven talento en torno al cual construir y confiar para convertirse en la cara del PSG en los próximos años, ese sería el joven catalán de 16 años.

Sin embargo, a pesar de todos los beneficios financieros, el Barça es un club de fútbol y Lamine es lo mejor que ha salido de su cantera en años. Y así, en un momento crucial de su historia, en el cual podrían enfrentarse a la mediocridad abrumadora de una reconstrucción, el chaval simplemente tiene que quedarse. Ningún precio puede justificar su venta.