Mbappé se va y en realidad debería ser una especie de alivio para el PSG. Porque esta telenovela se ha prolongado demasiado.
La constante polémica no ha hecho más que perjudicar los intentos del PSG de convencer al mundo de que es un club serio. En un momento llegó incluso a argumentar que sus logros han sido infravalorados porque juega en el PSG, "un club que divide" y que "atrae los chismes".
Obviamente, Mbappé tiene quejas legítimas sobre la forma en que se ha dirigido el PSG a lo largo de los años, pero es irónico que sea responsable de gran parte de la incesante y distraída charla sensacionalista con su continuo coqueteo con el Madrid, su petulancia en el campo y sus críticas a su propio entrenador.
Como dijo una vez Jerome Rothen, Mbappé "hace demasiado ruido", retratándolo como el tipo de personaje que reaccionaría ante un incendio "echándole gasolina", mientras que Christophe Dugarry predijo ya en 2019 que la historia de amor entre Mbappé y el PSG "rápidamente se volvería mala".
Su salida va a ser un duro golpe, de eso no hay ninguna duda, pero como señaló el ex director deportivo Leonardo, es difícil construir un equipo exitoso alrededor de una figura tan voluble. "Por el bien del PSG, creo que ha llegado el momento de que Mbappé se vaya, pase lo que pase", dijo Leonardo a L'Equipe el año pasado. "El Paris Saint-Germain existió antes de Kylian Mbappé y existirá después de él".
Entonces, si bien este puede no ser el final que el PSG quería, al menos finalmente ha terminado.