¡Jude is back! Cómo Bellingham redescubrió su faceta goleadora en el Real Madrid

El año pasado, nos dijeron que Jude Bellingham podría marcar 40 goles. Ciertamente parecía así, al menos en un momento, cuando estaba superando las marcas establecidas por Cristiano Ronaldo en sus primeros días en el Madrid. Un comienzo explosivo estaba destinado a convertirse en una temporada histórica para él a nivel individual. Por supuesto, las cosas no resultaron de esa manera después de que Bellingham inicialmente alcanzara los dos dígitos en poco tiempo, anotando 15 antes de Navidad.

De hecho, sus números pronto cayeron, para desconcierto generalizado. ¿Cómo podía este jugador, que había sido tan bueno frente al gol, dejar de marcar repentinamente? El fútbol es, por supuesto, algo bastante complejo de vez en cuando. Y todo esto sucedió por varias razones. Primero, se le asignó un papel más retrasado, jugando más atrás y lejos del gol. En segundo lugar, Vinicius Jr comenzó a marcar por diversión. Y quizás lo más importante, su suerte desapareció.

Las estadísticas de goles esperados pueden ser un poco tontas a veces, pero Bellingham estaba superando radicalmente su xG durante los primeros meses de la temporada. Finalmente, mantuvo a los estadísticos contentos al volver a la media. Es importante señalar, en este punto, que tener un centrocampista reconvertido que marque 23 goles en todas las competiciones, a la edad de 21 años, en un nuevo país, para el club más grande del mundo, es todo un logro. Tendemos a olvidar estas cosas.

Esta temporada siempre iba a ser un poco más complicada. La incorporación de Kylian Mbappé, la forma de Vinicius y el dilema de Rodrygo significaban que Bellingham sabía que sería empujado a un papel más profundo. Carlo Ancelotti admitió, de hecho, que el inglés podría marcar menos.

"La sorpresa no es este año, la sorpresa fue el año pasado, cuando marcó muchos goles que nadie esperaba y nos ayudó mucho," dijo Ancelotti a finales de octubre. "El problema este año no es que nos falten los goles de Bellingham. Siempre hemos marcado goles, y siempre los marcaremos, porque tenemos jugadores talentosos al frente. Para nosotros, en este momento, el trabajo que está haciendo es más importante que los goles que marcó el año pasado."

No es que realmente fuera un problema. El Madrid no ha encontrado su mejor forma todavía, y a veces se ha visto desarticulado en el tercio final. Hay demasiadas cosas agradables individuales ocurriendo, y no suficiente cohesión. Los sistemas no están en su lugar, y son terriblemente vulnerables en las transiciones defensivas, aunque han mejorado notablemente en las últimas semanas. De todas formas, Bellingham fue obligado a un papel más profundo, alejado del gol, instruido para crear más que para marcar.

Es algo que ha hecho admirablemente. Bellingham ha conseguido seis asistencias para el Madrid en todas las competiciones, su entendimiento con Vinicius roza lo telepático. Y luego están las otras cosas. De alguna manera ha sido descuidado por la conciencia futbolística general que estamos hablando de un centrocampista aquí, un jugador más Steven Gerrard que Cristiano Ronaldo. Sí, los goles son agradables, pero Bellingham es un jugador construido para ser muy bueno en casi todo, impulsado por un formidable índice de trabajo. Y el centrocampista Jude es realmente bastante bueno en el fútbol. En efecto, entonces, los goles se iban a extinguir. Una "sequía" siempre fue inevitable.

La suerte también está involucrada aquí. En la primera parte de la temporada 2023-24, parecía que todos los botes iban en dirección a Bellingham. Hacía esas carreras tardías clásicas hacia el área y un rebote caía a sus pies. Aprovechó unos cuantos goles fáciles, y disfrutó de la extraña desviación afortunada. También vale la pena señalar que anotó un gol desde 30 metros para ganar El Clásico: dos cosas pueden ser verdaderas al mismo tiempo.

Al principio de esta temporada, esos rebotes lo eludieron. Seguía haciendo todas las cosas correctamente, aunque en un tamaño de muestra más reducido. Cinco de sus primeros 11 tiros seguían estando en el objetivo, y golpeó el palo en un par de ocasiones. Pero todos los pequeños elementos que llevaron a un inicio caliente en su temporada de debut no estaban del todo presentes esta vez.

El Madrid, también, estaba teniendo un mal rendimiento en los primeros días de la temporada. Mbappé no podía cronometrar una carrera, y todos parecían haber olvidado cómo defender. Solo momentos de calidad individual los mantuvieron en la pelea por el título al principio. Bellingham, por supuesto, no estaba exento de culpa. Pero todo estaba saliendo mal. Solo era parte de un sistema nervioso.

Retrocediendo a la Eurocopa y la derrota ante España en la final, más el escrutinio de los medios y los aficionados que perseguía a los Tres Leones en cada esquina, y eso claramente afectó a Bellingham. Catalogado como el salvador del país y el protagonista que finalmente daría un paso adelante y terminaría con la larga y agonizante espera por un trofeo, el centrocampista del Madrid llegó a afirmar que fue hecho el chivo expiatorio cuando todo se desmoronó.

De vuelta a los asuntos de Madrid y las oportunidades siempre iban a llegar. Si ha habido alguna ventaja en el irregular comienzo de los Blancos en la temporada 2024-25, es que le ha dado a Ancelotti la libertad para experimentar. El 4-3-3 que intentó al principio no funcionó, mientras que las lesiones de Dani Carvajal y Eder Militao hicieron que el equilibrio y la garra del equipo se desvanecieran.

Y cuando Rodrygo sufrió una lesión muscular, Ancelotti tuvo la excusa perfecta para volver al diamante que le sirvió tan bien la temporada pasada.

Así, Bellingham estaba de vuelta. Jugando detrás de un dúo conformado por Vinicius y Mbappe, las oportunidades comenzaron a llegar nuevamente. El internacional inglés estaba más a menudo en áreas de ataque, disparando más y creando más para los demás. Marcó el tercero de Madrid contra Leganés el 25 de noviembre, entrando al área para cabecear a casa tras un disparo desviado. ¿Bonito? Ni remotamente. Pero fue exactamente el tipo de posición que ocupó el año pasado: un gol nacido tanto de la oportunidad como del instinto.

El aumento de confianza desde entonces ha sido claro. Bellingham nunca ha tenido realmente miedo de expresarse en el campo. Pero en las últimas semanas, la seguridad en su juego ha regresado. Hay menos vacilación, menos toques innecesarios. Los regates, cortes, giros y caños se sienten intencionados y directos. Sus acciones de creación de disparos y regates exitosos han aumentado. Y aunque está tocando menos el balón, Bellingham ha redescubierto parte de ese filo característico que definió su campaña debut en Madrid. En los últimos cuatro partidos, ha realizado cuatro disparos. Todos han terminado en el fondo de la red.

Estuvo el descarado penalti contra Getafe. Luego, proporcionó un acabado limpio tras un rebote contra el Athletic Club, un partido del que Los Blancos seguramente habrían sacado algo si Mbappe no hubiera fallado un penalti por segundo partido consecutivo.

Después de eso, la confianza era clara. Marcó con un potente disparo contra el Girona en el anteúltimo partido de La Liga de Los Blancos. Eso fue seguido por una maravillosa pieza de habilidad y un disparo con el pie izquierdo para vencer a un equipo de Atalanta que no había perdido en casi tres meses. En Vallecas lo hizo otra vez para el 2-2 ante el Rayo (acabaría 3-3).

Y es posible que se le pida hacer aún más en las próximas semanas. El Madrid tiene problemas de lesiones por todo el campo en este momento, con Mbappé, que se espera que se pierda algún tiempo tras sufrir un problema muscular contra el Atalanta. Se perdió el choque con el Rayo Vallecano, y probablemente tampoco estará en el Torneo Intercontinental la próxima semana.

Eso parecería significar un regreso al frente de dos más uno que trajo tanto éxito al Madrid el año pasado. Con Vinicius y Rodrygo al frente, y Bellingham justo detrás, Los Blancos fueron imparables durante largos períodos. La ausencia de Mbappé significa que ahora pueden volver a ese sistema, y eso podría desbloquear esa versión temprana de Bellingham una vez más, la que rivalizaba con Ronaldo y rompía récords.

Más en general, cualquier cosa que pueda ofrecer será de ayuda. El Madrid tiene goleadores por todo el campo. Bellingham no necesita marcar más de 20 goles por temporada. Pero si puede mantenerse en forma y dar un paso adelante cuando sea necesario, el equipo de Ancelotti será mucho mejor por ello.