Jude Bellingham es crack, pero su arrogancia puede llevarlo a la perdición

Bellingham nunca ha ocultado el hecho de que no "carece de confianza" - lo cual es una 'humilde alarde', una forma educada de decir que tiene la máxima fe en su propia capacidad. Eso no es algo malo para un futbolista, por supuesto. De hecho, es absolutamente esencial para cualquiera que tenga la intención de convertirse en el mejor jugador del mundo - basta con mirar a Cristiano Ronaldo, por ejemplo. Como Shearer le dijo a Betfair, "Para ser un jugador de primer nivel, necesitas tener ese algo especial, y Jude lo tiene".

También posee una admirable determinación y una ética de trabajo feroz. Está dispuesto a hacer lo que sea necesario para lograr el éxito.

Bellingham se sintió "agotado físicamente" después de la derrota en los cuartos de final de la Copa del Mundo 2022 ante Francia, lo cual lo frustró enormemente dado que Inglaterra fue el mejor equipo durante la mayor parte del partido, y admitió que necesitaba "un buen descanso". Y sin embargo, dos semanas después no podía esperar para volver a entrenar, más determinado que nunca a ganar un trofeo importante con su país.

Bellingham suele ser su crítico más severo. Después de la derrota ante Francia en Qatar, se reprendió a sí mismo por no hacer más para evitar la eliminación de Inglaterra. "Hubo una instancia en una sesión de entrenamiento posterior donde marqué con un disparo y pensé, 'Eso fue igual que el que tuve en los cuartos de final'. Si hubiera puesto el balón más a la izquierda, ¿habríamos pasado?" le dijo a FIFA.

"Estuve involucrado en el segundo penalti (fallado crucialmente por Harry Kane), cuando puse el pase detrás de Mason [Mount]. Siempre pienso, '¿Qué hubiera pasado si simplemente lo hubiera puesto en el pie de Mason y él hubiera marcado?' No habría habido segundo penalti".

Claramente, esta búsqueda implacable de la perfección explica en parte por qué ha llegado tan lejos, y en tan poco tiempo. Él está constantemente esforzándose por mejorar. Por lo tanto, no sorprende en absoluto que un jugador que se exige altos estándares espere que otros hagan lo mismo. En ese sentido, es un poco como Roy Keane en el sentido de que exige constantemente más a sus compañeros de equipo. Sin embargo, incluso el irlandés criticó la celebración en Eslovaquia.

"Si marcas un gol importante, para mí ni siquiera se te pasaría por la cabeza. Estarías con tus compañeros de equipo", argumentó Keane en 'Stick To Football: The Overlap Special'. "Marcar goles es la mejor parte del fútbol, pero simplemente no puedo imaginar que tengas algo en la cabeza para decir, '¿Quién más?' Esa es la parte donde yo diría, 'Espera un segundo'. Es un poco engreído y arrogante".

"Bellingham tiene que tener cuidado. Siempre estás caminando en una línea muy delgada; no quieres que parezca que todo se trata de ti. Especialmente a una edad tan joven".

Keane, quien al igual que Bellingham solía frustrarse enormemente con sus compañeros de equipo, tenía 26 años cuando tomó el mando del vestuario del Manchester United, y los jugadores recibieron con agrado su nombramiento como capitán porque se había ganado su respeto con ese nivel de autoridad. Había pasado sus primeros años en Old Trafford aprendiendo lo que se necesitaba para ser líder de jugadores como Bryan Robson.

En cambio, Bellingham fue incluido en el grupo de liderazgo de Inglaterra antes de cumplir siquiera los 21 años, a pesar de haber sido previamente acusado de sufrir delirios de grandeza desde que se integró al equipo del Borussia Dortmund como adolescente.

En Signal Iduna Park se sospechaba que él era muy rápido para atribuirse el mérito de las victorias, pero totalmente renuente a aceptar la responsabilidad por las derrotas. Se decía que algunos colegas se sentían muy molestos por ser reprendidos por Bellingham por pases errados durante los partidos que Emre Can tuvo que llevar a un lado a su compañero y decirle que las demostraciones de desaprobación en público simplemente no eran aceptables.

Vimos espectáculos similares de insatisfacción en Alemania este verano, mientras Inglaterra avanzaba su camino hacia la final, con Bellingham visiblemente molesto por las fallas de algunos de sus compañeros de equipo.

"Él se daba la vuelta para mirar a los demás y levantaba los brazos," escribió el ex capitán de Inglaterra Wayne Rooney en The Times después del partido contra Eslovenia. "Un lenguaje corporal como ese envía un mensaje a los fanáticos, a sus compañeros de equipo, al entrenador".

"He estado en esos zapatos. Sé que es difícil. Me recuerda a mí mismo en torneos donde deseas desesperadamente hacerlo bien y sabes que tú y el equipo podrían estar jugando mejor, y te afecta. Pero no hagas algo estúpido, Jude."

Jude hizo algo especial en su lugar, por supuesto, con su espectacular gol contra Eslovaquia en los octavos de final salvando a Inglaterra de una salida vergonzosamente temprana. También contribuyó con una asistencia para Cole Palmer en la final, lo que solo enfatizó que este es un inmenso talento capaz de producir grandes momentos en grandes partidos.

Sin embargo, su rendimiento general en Berlín, junto con su frustración en el campo de juego demasiado evidente, también subrayaron el hecho de que Bellingham todavía tiene mucho que aprender. Se desahogó con Southgate durante la final. Luego llegaron las filtraciones a la prensa muy deliberadamente cronometradas sobre el descontento en el vestuario con el comportamiento de Bellingham.

"Siento que fuera del campo soy una buena persona, pero cuando estoy en el campo, algo me domina, para ser honesto, siento que no tienes amigos allí excepto los que llevan el mismo uniforme. Cualquiera que no lo lleve, es como que hay algo un poco personal", explicó una vez.

El miedo, sin embargo, es que Bellingham corre el riesgo de molestar a casi tantos compañeros de equipo como rivales. Hay signos evidentes de egocentrismo al estilo de Kylian Mbappé en sus acciones, el tipo de narcisismo que simplemente no vimos en la Eurocopa 2024 en jugadores como Bukayo Saka o Jamal Musiala, y ambos tuvieron torneos mucho mejores que Bellingham.

"A la temporada que acaba de jugar [con el Real Madrid], le doy crédito por eso", dijo el ganador de la Copa del Mundo Christoph Kramer a ZDF. "Pero aún tiene que tener cuidado de que las cosas no vayan en una dirección realmente estúpida. Espero que reflexione un poco sobre eso durante el descanso de verano." Desafortunadamente, eso parece ser un pensamiento utópico en este momento.

Mientras Bellingham aparentemente estaba muy consciente de cada palabra escrita sobre él durante la Eurocopa, claramente no estaba de acuerdo con nada de ello. "Escuchas a la gente hablar muchas tonterías," le dijo a los periodistas después de su golazo contra Eslovaquia. "Es agradable cuando puedes responderles un poco".

También citó al ex presidente de Estados Unidos, Theodore Roosevelt, en una publicación en redes sociales: "No es el crítico quien cuenta... El mérito pertenece al hombre que está realmente en la arena, cuyo rostro está marcado por el polvo y el sudor y la sangre".

Sin embargo, nunca es el único hombre en la arena. Como subrayó el triunfo de España en Alemania, los torneos son ganados por los mejores equipos, no por los individuos más talentosos. Bellingham debería ser consciente de que un jugador no siempre marca la diferencia. Dani Carvajal fue el improbable héroe del Real Madrid en la final de la Liga de Campeones, y varios otros jugadores de Inglaterra lo superaron en la Eurocopa.

No hay motivo para que Bellingham juegue o actúe como si todo se tratara de él, o que tenga que hacerlo todo él mismo. No es necesario que sienta que tiene que cargar el mundo sobre sus hombros. Su confianza en sí mismo es obviamente una cualidad. No se habría convertido en un talento de clase mundial sin ella. Pero, como dice Keane, hay una "delgada línea" entre la confianza y la arrogancia. La primera puede llevar a Bellingham a la cima de su profesión, pero la segunda podría ser su perdición.

Como también dijo famosamente Roosevelt: "Mantén tus ojos en las estrellas, pero tus pies en el suelo".