El Atlético de Madrid estaba a punto de quedar conforme con el punto que se llevaba de Balaídos, sostenido por la gran actuación de Jan Oblak. Pero tiene dos jugadores capaces de resolver todo en un movimiento, dos campeones del mundo. Y así, en el minuto 89, el punto se multiplicó por tres para llegar con el ánimo por las nubes al derbi de Madrid.
No fue la mejor noche del Atleti, porque Simeone decidió alistar a su equipo con un 4-4-2 y no sirvió demasiado: Llorente pareció contenido, Giuliano fue más intenciones que fútbol y a Sorloth no le llegó ningún balón claro. Del otro lado, el Celta atacaba y obligaba al arquero a salvar a su portería con atajadas a Iago Aspas y a Borja Iglesias.
Con las modificaciones, los rojiblancos intentaron modificar la manera de atacar, pero Julián Álvarez parecía perdido en la banda izquierda hasta que tomó el balón, buscó a Griezmann y fue por detrás de los defensas para aprovechar el centro, definir y darle el triunfo a su equipo.