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Hidden Gems FC: Bilal El Khannouss - la joya marroquí que conquistó a Pep Guardiola y Ruud van Nistelrooy

Eddy Demarez lo notó apenas Bilal El Khannouss regresó al campo tras el descanso: la parte delantera de sus botas Adidas, de un azul celeste intenso, estaba a punto de ceder. Un solo trozo de cinta adhesiva mantenía todo en su lugar y, sorprendentemente, cumplió su función. Las botas resistieron toda la segunda mitad.

Era una escena más propia de un campo amateur: calcetas torcidas, camisetas demasiado ajustadas y pantalones cortos impregnados del olor del bálsamo de tigre. Unas botas medio envueltas en cinta adhesiva no suelen verse en competiciones europeas, y eso despertó la curiosidad del periodista. ¿Por qué El Khannouss no se cambió de calzado? La respuesta lo dice todo sobre su carácter.

“Me patearon en el pie durante el primer tiempo y se rompió la bota”, le explicó El Khannouss a Demarez. “En el descanso le puse cinta. Hay que arreglárselas con lo que uno tiene. Espero tener un par nuevo mañana.”

Sacar el máximo provecho de los recursos disponibles: esa ha sido siempre la filosofía de El Khannouss. Y quizá también la razón por la que está destinado a convertirse en el segundo fichaje más caro del Stuttgart el próximo verano.

  • Donde todo comenzó

    Nacido en 2004, Bilal El Khannouss creció en Strombeek-Bever y, con apenas cinco años, su primo lo llevó a su primer club de fútbol: el Crossing Schaerbeek. Sin embargo, su paso por allí fue breve.

    “Poco después de mi llegada, mi entrenador, Ebrahim Bouazzati, se marchó al Anderlecht y se llevó con él a sus mejores jugadores”, recuerda en una entrevista con Het Belang van Limburg. “Yo fui el último superviviente de aquel grupo.”

    Fueron los campos de Bruselas los que realmente moldearon al futbolista que es hoy. En el Parque Josaphat, o bajo el Puente Europa —donde también creció la joya del Ajax, Rayane Bounida—, El Khannouss aprendió a comprender el arte del fútbol. Aquellos escenarios urbanos lo formaron, tanto en lo deportivo como en lo personal.

    “Jugábamos sobre todo partidos de cinco contra cinco en una jaula”, contó en De Morgen. “Hasta los 13 años también practiqué fútbol sala en el Futsal Besiktas Gent. Jugar en espacios tan reducidos te obliga a moverte con más inteligencia. Sin duda, eso me ayudó mucho.”

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  • Bilal El KhannoussGetty Images

    El siguiente paso

    Luego llegó un traspaso juvenil que generó bastante revuelo en la prensa belga. El joven nacido en Bruselas, con corazón morado y formado en Anderlecht, decidió mudarse al Genk con apenas 15 años. “¿Qué opinó Anderlecht de eso? Mucho”, recordó El Khannouss. “Algunos entrenadores de la cantera me llamaron traidor. Lo dijeron con una sonrisa, pero se notaba que lo sentían de verdad.”

    Durante una década vistió los colores del Anderlecht, compartiendo vestidor con talentos como Roméo Lavia. Sin embargo, el proyecto deportivo del Genk resultaba mucho más prometedor. Las oportunidades de crecimiento eran mejores allí, y el tiempo terminó dándole la razón.

    A los 18 años debutó en el primer equipo del Genk. Pocos meses después, el Ajax —el club donde brillaba su amigo Rayane Bounida— tocó a su puerta, junto con otros equipos importantes del extranjero. Pero El Khannouss optó por renovar su contrato con Genk.

    Esa decisión fue clave. La temporada siguiente marcó su consolidación y le valió un lugar en la selección de Marruecos para disputar el Mundial de 2022. Una elección que, una vez más, generó controversia en los medios locales.

    Hasta entonces había representado a Bélgica en categorías inferiores, pero su corazón siempre supo la respuesta. “Estoy enormemente agradecido a Bélgica por todas las oportunidades que me dio, pero desde niño supe que elegiría Marruecos”, explicó.

    “Mis abuelos emigraron de Marruecos a Bélgica, y siento que esta es mi forma de devolverles algo. Ya no están con nosotros, pero sé que estarían muy orgullosos de mí.”

  • van nistelrooy(C)Getty Images

    El gran avance

    Durante la histórica campaña de Marruecos en el Mundial, donde el equipo alcanzó las semifinales, Bilal El Khannouss fue titular en el partido por el tercer puesto ante Croacia. Enfrente tenía a su gran ídolo, Luka Modric. Aquel joven de apenas 18 años dejó una grata impresión, y su actuación lo catapultó a la popularidad tanto en Marruecos como en Bélgica.

    Hoy, incluso durante sus visitas a La Meca, le resulta imposible pasar desapercibido. “Es increíble ser reconocido en todas partes y sentir el cariño de la gente, pero a veces echo de menos el anonimato”, confesó entre risas. “Ya aprendí a elegir restaurantes donde casi no hay marroquíes. ¡Los aficionados están literalmente en todos lados!”

    Tras la Copa del Mundo, El Khannouss siguió brillando en el Genk durante un año y medio más, hasta concretar en 2024 un traspaso inevitable a una gran liga. El Leicester City desembolsó 22,5 millones de libras por el mediocampista ofensivo, quien también había despertado el interés de clubes como Atlético de Madrid, Bayer Leverkusen y Liverpool.

    Con la salida de Steve Cooper, el joven marroquí comenzó a trabajar bajo la dirección de la leyenda goleadora Ruud van Nistelrooy. En una temporada complicada para el Leicester, El Khannouss se convirtió en una de las pocas luces que mantuvieron viva la ilusión en el King Power Stadium.

    “Estoy convencido de que pronto se hablará mucho más de él”, aseguró Van Nistelrooy. “Tiene todo para llegar lejos. Posee el potencial para convertirse en un jugador de élite en la Champions League.”

  • Cómo va

    Thorsten Fink, quien dirigió a El Khannouss durante su etapa en Bélgica, comparte la misma admiración por su talento. “He trabajado con muchos jugadores, pero lo que he visto en este chico es algo muy especial”, afirmó en una entrevista para 433. “Puede llegar a ser uno de los mejores futbolistas de Europa. Estoy completamente convencido de eso.”

    Pep Guardiola también quedó impresionado con el marroquí tras el encuentro entre Leicester City y Manchester City. “Me dijo que le había gustado mi manera de jugar”, contó El Khannouss después del partido. Una vez más, mostró su humildad característica: “Yo no lo veo así. Simplemente juego como soy. Tengo que demostrarlo cada semana. Fuera de eso, disfruto del fútbol y del día a día. Al final, tenemos el mejor trabajo del mundo.”

    Con la salida de Nick Woltemade al Newcastle United este verano, el VfB Stuttgart ha puesto sus esperanzas en El Khannouss para ocupar su lugar. El mediocampista llega cedido con una obligación de compra de 25 millones de euros, cifra que lo convertirá en el segundo fichaje más caro en la historia del club suabo el próximo verano.

  • ¿Qué sigue?

    Con dos goles en sus primeros cinco partidos, Bilal El Khannouss ya ha causado una gran impresión en la prensa alemana y en su entrenador, Sebastian Hoeness. “Tiene una calidad increíble; ya lo demostró en la Premier League, por supuesto. Ha tenido un comienzo fantástico y es un joven con un enorme potencial. Estamos muy felices de tenerlo con nosotros”, destacó el técnico del Stuttgart.

    Tras el fin de semana, El Khannouss se unirá a la concentración de la selección de Marruecos. Allí, el talentoso mediocampista es conocido por un apodo muy particular: Duracell. “Porque nunca puedo quedarme quieto”, explicó entre risas. “Realmente amo el fútbol. Si pudiera, seguiría jugando incluso bajo techo. También veo muchos partidos, y en la selección se burlan de mí por eso.”

    A sus 21 años, espera sumar su 25ª y 26ª internacionalidad en los próximos encuentros ante Baréin y Congo. Sus abuelos, sin duda, mirarían con orgullo cómo su nieto continúa escribiendo su historia. Y Bilal El Khannouss, fiel a su estilo, volverá a dejar que sus pies hablen por él… incluso si sus botas deciden no cooperar.

  • ¿Quién es él?

    El Khannouss es plenamente consciente de la fortuna que implica ser futbolista profesional, y esa perspectiva lo lleva a reflexionar con frecuencia sobre la sociedad en su conjunto. “Trato de hacer mi parte, sin necesidad de que todos lo sepan”, confesó al diario Het Laatste Nieuws.

    Esa conciencia se acentúa cada vez que viaja con la selección de Marruecos, especialmente durante sus estancias en África. “Dios me ha bendecido con una vida cómoda. A veces me despierto y pienso: ‘Vaya, hoy tengo que hacer esto o aquello’. Pero en Costa de Marfil vi a mujeres de 70 años caminando descalzas por una montaña, cargando pesados cubos llenos de comida para alimentar a sus familias. Escenas así te parten el corazón.”