Ha llegado el momento de Kylian Mbappé: ¿hay riesgo de que pueda hacer al Real Madrid un peor equipo?

Mbappé realmente debería haber completado algunas temporadas vestido de blanco a esta altura de su carrera. Antes de su llegada, había rechazado al Madrid dos veces y en ambas ocasiones sus desplantes habían enfadado a la afición. Le han llegado a decir, en numerosas ocasiones, que nunca se pondría la elástica del club de Chamartín.

Sin embargo, aquí está. Y en términos bastante favorables para la economía del Real. Sí, se le entregará un abultado bono de fichaje de €150 millones, repartido a lo largo de su contrato. Sí, sin dudas habrá todo tipo de primas y condiciones que no se han hecho públicas. Pero el Madrid no tuvo que pagar un centavo al PSG para que todo esto sucediera. El único punto doloroso es que haya tomado tanto tiempo.

El equipo de Ancelotti ganó la Champions League del año pasado sin Mbappé, de todos modos. Entonces, si bien es cierto que todos habrían querido verlo de blanco un tiempo antes, nadie tiene demasiados lamentos para hacerse.

Y ahí es donde terminan las buenas vibraciones. Sí, tiene sentido que tomar a uno de los mejores jugadores del mundo y lanzarlo al campeón europeo probablemente traiga éxito. Mbappé significa goles y el Madrid marcará muchos de ellos, en teoría.

Desafortunadamente, el fútbol no siempre funciona así. Por supuesto, los buenos jugadores tienden a mejorar los equipos. Pero el club blanco ha logrado fichar al mejor jugador disponible en la posición en la que son más fuertes. Vinicius Junior es uno de los grandes candidatos al Balón de Oro de este año. Según algunas métricas de rendimiento, fue más impresionante que Mbappé la temporada pasada. Y los dos juegan exactamente en la misma posición. Mbappé puede ser más un delantero centro que un extremo izquierdo natural, pero eso hace poco para cambiar el hecho de que ambos son atacantes por la izquierda que cortan hacia su pie derecho. No hay espacio para los dos en la banda. Alguien tendrá que jugar en el centro.

Mbappé, es cierto, lo ha hecho antes. De hecho, su mejor momento para Francia en la Copa del Mundo de 2022 fue cuando apareció como centrodelantero. Pero incluso entonces, se desplazaba hacia el espacio izquierdo. Lo mismo se puede decir de él hacia el final de su carrera en el PSG cuando deambulaba por todo el sector izquierdo del campo. Mbappé bien podría terminar como el delantero centro del Madrid, o bien Vinicius podría ser cambiado al extremo derecho. De cualquier manera, probablemente no es lo ideal.

Pero quizás el mayor problema desde una perspectiva táctica es lo que sucede sin el balón. Durante largos períodos la temporada pasada, el Madrid era mejor cuando no estaba en posesión del esférico. Los 10 hombres de campo se replegaban en algo parecido a un 4-4-2, y simplemente permitían a los oponentes moverlo. De hecho, eso fue lo que hizo que el equipo de Ancelotti fuera tan bueno. "Puedes tener el balón, pero no hay oportunidad de que realmente hagas algo con él", parecía sugerir su configuración táctica.

Pero esto no siempre fue una unidad disciplinada. Vinicius, en particular, se salía con la suya un poco. El extremo ciertamente no era perezoso, pero tampoco era uno de los que correteaba por todo el campo. Se le pedía, de hecho, que hiciera sombra a los rivales hacia un lado, pero se mantuviera arriba en el campo y esperara el balón en transición.
Mbappé es peor. Si a Vinicius se le dio una oportunidad debido a su importancia táctica, entonces al francés nunca le ha importado realmente. Su falta de interés en defender contribuyó a la decepción del trío ofensivo del PSG que también incluía a Lionel Messi y Neymar. Su renuencia a correr fue lo que llevó al entrenador de Francia Didier Deschamps a cambiarlo al centro, porque Les Bleus eran a menudo explotados por su flanco derecho en Qatar.

No es tan simple como etiquetar a Mbappé como perezoso, pero nunca ha sido un corredor dispuesto. Y con Vinicius efectivamente eximido de sus deberes defensivos, Carlo Ancelotti tendrá que encontrar una manera de evitar jugar 9 contra 11 en ocasiones.

En una mirada más amplia, el problema con Mbappé podría ser cómo se comporta. Nunca ha sido una persona modesta: los atletas de élite rara vez lo son. Sin embargo, en el PSG, logró salirse con la suya en todo. Mbappé era más grande que el club. Controlaba las narrativas por sí mismo, sobrevivía a arrebatos petulantes en las redes sociales e intimidaba públicamente a la institución para salirse con la suya. Realmente fue notable ver a un futbolista tener control sobre una marca tan grande.

Y es el tipo de comportamiento al que se ha acostumbrado. Mbappé se apoderó del brazalete de capitán de Francia a pesar de no estar ni remotamente preparado para liderar el equipo. Hasta hizo bullying a Neymar para que saliera de París. El Madrid no tolerará ese tipo de comportamiento. Hay muy pocos clubes en el fútbol que sean más grandes que los jugadores que visten sus camisetas y el Real Madrid es uno de esos.

Entonces, Mbappé haría bien en darse cuenta de eso. En un vestuario lleno de superestrellas, tendrá que bajar la cabeza y convertirse en uno de muchos, en lugar de ser el único nombre importante.

También queda por resolver el problema de averiguar dónde tendrán que jugar todos los demás. No es solo una cuestión de que Vinicius y Mbappé aprendan a trabajar juntos. La llegada del francés tendrá un gran efecto dominó en todo el equipo. Jude Bellingham, tan efectivo el año pasado como un medicentro ofensivo convertido en delantero, ciertamente tendrá que bajar a una posición más retrasada. Rodrygo, que ya se siente incómodo como extremo derecho, podría ser excluido del equipo por completo, especialmente si Ancelotti decide sostener el esquema de dos delanteros que tan bien funcionó en 2023-24.

Aunque quizás se necesite un cambio completo en el sistema. Los Blancos podrían cambiar de su 4-1-2-1-2 a un más ortodoxo 4-3-3. De cualquier manera, se harán sacrificios en la línea delantera y más hacia atrás como resultado. La presunta transición de Bellingham a un rol de mediocampista central significará que Ancelotti tendrá que dejar en el banquillo a uno de sus hombres de la medular.

Y a pesar del retiro de Toni Kroos, todavía tiene demasiados. Estos son buenos problemas para un entrenador, porque el Madrid tiene una gran cantidad de talento con el que trabajar. Aun así, mantener a todos felices será complicado, incluso para un técnico con las habilidades del italiano.

Entonces, la estrella más grande del fútbol actual ha entrado en el vestuario más lleno de estrellas del mundo. Esto no es territorio inexplorado en el deporte, especialmente no para el Madrid. Recordemos que era la política del presidente del club, Florentino Pérez, traer el nombre más grande del fútbol mundial cada verano, la estrategia de la llamada era de los Galácticos.

Pero la realidad a menudo olvidada del Madrid de principios de los 2000 es que en realidad no ganaron tanto. Había demasiados nombres de peso y cuando se exigía que alguno hiciera sacrificios en pos del bien colectivo aparecían los problemas. Existe una verdadera posibilidad de que algo similar pueda suceder aquí.

Mbappé puede que no tenga la atención de medios que nada tienen que ver con el deporte que acaparaba David Beckham, ni tampoco jugará para un entrenador tan poco preparado para unirlo todo. Pero es ciertamente una fuerza desestabilizadora, un problema táctico y un jugador que podría pensar que es demasiado grande para el club. En teoría, esto parece un ajuste perfecto: uno de los grandes del fútbol ha logrado su movimiento soñado. La realidad podría no ser un cuento de hadas tan feliz.