De la venta a la renta: Raphinha pasa del cartel de transferible para hacer caja a ser uno de los capitanes del Barcelona

Que Raphinha tenía lo necesario para jugar en el Barça nadie lo podía discutir, especialmente dentro de una plantilla en transición que todavía atravesaba el duelo del post Messi. En junio del 2022, Joan Laporta decidió desembolsar casi 60 millones de euros para fichar a quien fuera figura en el Leeds United, tanto en el ascenso de la mano de Marcelo Bielsa como en la permanencia en la Premier League.

Y el propio jugador había decidido vestir la camiseta blaugrana incluso ante otras ofertas de la Premier League, confiado de poder extender el legado de los jugadores de su país que brillaron en el Camp Nou.

Originalmente, se especulaba con que su llegada al Barcelona sea para ocupar el lugar que iba a dejar Ousmane Dembélé, pero de golpe ambos compartían plantilla y competían por el mismo puesto: el de extremo por derecha. Finalmente, el francés quedó en esa banda y Raphinha debió volcarse, incómodo, a la izquierda.

La lesión de su compañero le permitió ubicarse en su sector donde podía desarrollar su juego y su primera temporada finalizó con 10 goles y 12 asistencias en un total de 50 partidos, una estadística para nada despreciable pero que no estaba a la altura de las expectativas para un fichaje de su valor.

Sin Dembélé, la 2023-24 era su oportunidad de afirmarse, pero se sumaron una roja por agresión en la primera jornada, una lesión muscular y la irrupción estelar de Lamine Yamal para devolverlo a un sitio secundario.

La bisagra de la historia la produjo aquel partido de ida ante el PSG por los cuartos de final de la Champions League, su mejor actuación en el equipo en dos años con un doblete, en el marco de una notable mejoría en sus actuaciones en la primera mitad del 2024.

Y junto con esta evolución, los rumores: que ese nivel le permitiría ser transferible al valor que el Barcelona necesitaba, que desde la Premier League lo volvían a buscar, que el Barça lo había elegido para venderlo y así reinsertarse en el Fair Play Financiero.

Pero llegó Hansi Flick. Antes, había sido uno de los pocos rescatables del desastre de la Selección de Brasil en la Copa América. Y cuando se incorporó a la pretemporada azulgrana en Estados Unidos, el entrenador alemán ya le tenía reservado un lugar no como extremo sino como segundo delantero, detrás de Lewandowski, el puesto que estaba reservado para Dani Olmo, con quien alterna entre el centro y la izquierda. Pasados cuatro encuentros, ya suma tres goles y dos asistencias.

"He tenido muchos motivos para rendirme, dejar el fútbol a un lado y seguir mi vida. Es una profesión que te destruye. He tenido momentos en los que llegaba en casa y no sabía si me levantaría por la mañana para venir a entrenar de nuevo, también aquí hago trabajo psicológico porque he visto que es muy importante. El fútbol te destruye. Es muy fácil entrar en una depresión y dejarlo todo”.

Para Raphinha, lo psicológico es tan importante como lo futbolístico y asume la importancia de seguir adelante pese a los malos momentos. Y en la misma entrevista que dio a RAC1, confesó que estuvo cerca de marcharse del Barcelona, cuando narró que "los primeros seis meses fueron complicados para mí y mi familia. Mi adaptación al club costó. Pero no sería tan difícil a nivel personal. Alguna vez pensé en salir, pero pasó rápido".

Al inicio de la temporada, el Barcelona publicó quiénes serían los capitanes de la plantilla. La lista la encabezaba Marc Ter-Stegen, seguido de Frenkie De Jong, Ronald Araujo y en el cuarto lugar apareció Raphinha.

Y es sobre esta cuestión que entiende que “después de leer que vas a salir, que el club no cuenta contigo, de escuchar a la prensa hablar mal de ti, nunca imaginé ser uno de los capitanes del Barça. Me hace mucha ilusión. Dentro del vestuario la gente confía en mí. Esto te emociona y te hace sentir más importante”.