El talento de Gravenberch fue obvio durante su primera temporada en Liverpool bajo Klopp, pero aún parecía un poco perdido a veces. Sin embargo, después del cambio de dirección con Zubimendi, Slot encontró la posición perfecta para el internacional neerlandés frente a los cuatro defensores.
Sin embargo, Gravenberch se adaptó mejor - y más rápido - al cambio de lo que Slot había imaginado. De hecho, el padre del jugador sabía después del segundo partido de la temporada 2024-25, contra Brentford, que todo estaba a punto de cambiar para su hijo.
"Un minuto antes de que terminara el juego, Arne sacó a Ryan para que pudiera recibir los aplausos," contó Gravenberch padre a ESPN. "Estaba en las gradas y todo el estadio se puso de pie y aplaudió.
"Simplemente me desmoroné porque pensé: 'Están haciendo esto por mi chico.' Ese fue el momento en el que pensé: 'Esto es todo.'" Y así fue.
Además de recuperar la posesión más veces (193) en la Premier League la temporada pasada que cualquier otro jugador de Liverpool, y hacer más intercepciones (60) que cualquier otro centrocampista, Gravenberch también demostró una capacidad notable para romper la presión del rival, que Slot atribuye a un don único para desviar a los oponentes.
"Esta es una calidad especial que tiene Ryan, que puede alejarse de su hombre," Slot entusiasmado. "Es uno de los pocos mediocampistas defensivos, pivotes, que pueden crear una superioridad con un regate.
"Mayormente, estos jugadores pasan mucho, y Ryan es bueno también en los pases. Pero crear una sobrecarga con un regate, no se ve muchas veces en un No. 6."
Slot realmente tiene razón cuando dice que Gravenberch es "único". Hay pocos mediocampistas mejores en el mundo ahora mismo.
Pedri y Vitinha son ambos absolutamente sobresalientes, mientras que Rodri sigue siendo el estándar por el que todos los demás son juzgados, pero no hay otro No. 6 en el juego que tenga el conjunto particular de habilidades de Gravenberch y lo loco es que, con 23 años, solo va a mejorar.
De hecho, ya estamos viendo una mejora.
