De Bruyne corre el riesgo de arruinar el legado de Bélgica yendo a la 'guerra' con los aficionados de su país

De Bruyne se enorgullece de su honestidad, pero es muy consciente de que su franqueza molesta a algunas personas. "Todos saben que no ando con rodeos", admitió una vez, "pero cualquier crítica que tenga siempre es con buenas intenciones, para ayudar a todos a mejorar".

Sin embargo, fue difícil entender el razonamiento detrás de la decisión de De Bruyne de lanzar una verdad devastadora sobre Bélgica justo antes del inicio de su campaña en la Copa del Mundo de 2022.

Cuando le preguntaron en una entrevista con The Guardian si su país podía ganar el torneo, el mediocampista ofensivo respondió: "No hay posibilidad, somos demasiado mayores... Creo que nuestra oportunidad fue en 2018. Tenemos un buen equipo, pero está envejeciendo. Perdimos algunos jugadores clave. Tenemos algunos buenos jugadores nuevos llegando, pero no están al nivel de otros jugadores en 2018. Nos veo más como outsiders".

De Bruyne tenía razón, por supuesto. Bélgica ni siquiera pasó de la fase de grupos en Qatar, pero su evaluación previa al torneo parecía ser una profecía autocumplida, como si los Diablos Rojos no fueran lo suficientemente buenos porque De Bruyne dijo que no lo serían.

Los entonces 'chicos' de Roberto Martínez probablemente habrían tenido dificultades de todos modos, pero la evaluación contundente de De Bruyne sobre la fuerza del equipo no ayudó a unir a los jugadores; al contrario, inevitablemente dividió el vestuario. Incluso hubo informes de varios jugadores, incluido De Bruyne, casi llegando a las manos después de la derrota por 2-0 ante Marruecos en la primera jornada.

Hablando inmediatamente después del partido, el veterano defensor Jan Vertonghen incluso declaró sarcásticamente, "Supongo que atacamos mal porque también somos demasiado viejos en la delantera...".

Tan dramática fue la reacción a la eliminación de Bélgica en la primera ronda que incluso se habló de De Bruyne poniendo fin a su carrera internacional. Eden Hazard renunció inmediatamente después de Qatar, mientras que Toby Alderweireld también se retiró, pero De Bruyne dice que nunca pensó en hacer lo mismo, "ni siquiera por un segundo".

El sucesor de Martinez, Domenico Tedesco, jugó un papel importante en convencer a De Bruyne de continuar no solo como capitán sino también rejuveneciendo el equipo. En consecuencia, la primera reunión internacional después de la Copa del Mundo se sintió como "una presentación de nuevos compañeros de clase en una nueva escuela" para De Bruyne, quien estaba entusiasmado por la "energía" en el grupo.

"Ha sido un shock porque la mitad del equipo habitual ya no está aquí", dijo el año pasado. "Pero se siente fresco. Los recién llegados quieren su oportunidad como solíamos querer nuestras oportunidades."

La estrella del Manchester City terminó perdiéndose la mayoría de la campaña de clasificación por lesión, así como los partidos internacionales de marzo, pero cuando anotó en la victoria amistosa sobre Montenegro a principios de mes, la actitud de De Bruyne no podría haber sido más positiva.

"Todo el mundo dice que nunca ha sido tan feliz, tan positivo, y creo que se puede sentir eso", entusiasmó Tedesco la semana pasada. "Es importante que llevemos a los chicos al campo con ese tipo de estado de ánimo."

Sin embargo, es justo decir que el estado de ánimo de los aficionados se ha convertido desde entonces en un tema aún más importante de discusión.

Después de la sorpresiva derrota ante Eslovaquia en el primer partido, De Bruyne jugó un papel importante en poner a Bélgica de nuevo en camino al marcar en la posterior victoria por 2-0 sobre Rumania. La clasificación para los octavos de final volvía a estar en sus manos y el primer puesto en un débil Grupo E también estaba al alcance.

Sin embargo, cuando Bélgica ganó un córner en tiempo de descuento en su empate 0-0 con Ucrania, De Bruyne decidió llamar a Johan Bakayoko para ayudarlo a perder tiempo, en lugar de lanzar el balón al área con la esperanza de forzar un gol tardío. Resultó que los aficionados quedaron consternados por tal falta de ambición y dejaron sus sentimientos claros al final del partido.

Primero, abuchearon a todo el equipo. Luego abuchearon a De Bruyne cuando fue anunciado como el Jugador del Partido.

"Intentamos ganar el partido," insistió De Bruyne en su conferencia de prensa posterior al partido. "Tuvimos oportunidades de gol, pero no tomamos riesgos con el córner porque sabíamos que podríamos encajar un gol".

"Si eso sucede, estás fuera de la Eurocopa. Es una lástima que no hayamos logrado marcar antes - tuvimos oportunidades - y después de eso solo necesitamos que los aficionados estén con nosotros. Necesitamos a estos aficionados. Los necesitaremos contra Francia. Eso es todo lo que tengo que decir." Por ahora, al menos.

Thomas Meunier está entre aquellos que han apoyado la postura de De Bruyne hacia los seguidores. "La ventaja de Kevin es que no tiene filtro", dijo el veterano defensor belga a los periodistas. "Él dice lo que piensa y amo a esas personas. La reacción de los fans y los analistas fue desproporcionada porque, al final, nos clasificamos. No es como si estuviéramos últimos en el grupo. Hicimos nuestro trabajo. Vale, tal vez podríamos haberlo hecho un poco mejor, pero estamos en un Campeonato Europeo, no se puede ganar todos los partidos 3-0, 4-0. Obtuvimos lo que queríamos y eso es lo más importante".

"También queríamos saludar a los fans, pero el problema comenzó cuando estaban silbando a Romelu Lukaku. Nadie entendió eso; no se silba a tu máximo goleador internacional".

Como señaló Amadou Onana y otros, abuchear a los jugadores nunca ayuda a recuperar la confianza o mejorar el rendimiento. Por supuesto, el argumento en contra es que si bien la muestra de frustración con el delantero que no acierta era poco útil, era perfectamente comprensible.

Incluso De Bruyne mismo parecía completamente desconcertado cuando Lukaku desperdició un gran pase en el empate 0-0 con Ucrania, y es fácil argumentar que uno de los grandes creadores de juego del partido ha sido repetidamente decepcionado por sus colegas.

Sin embargo, De Bruyne también ha decepcionado en grandes partidos para Bélgica a lo largo de los años y, en Qatar, fue no solo una víctima del colapso de Bélgica, sino también un factor contribuyente. Además, este es ahora su equipo y, por lo tanto, la responsabilidad recae en el capitán para estar a la altura contra Francia y reparar el vínculo roto de Bélgica con sus seguidores.

Porque esto se siente como un ahora o nunca para De Bruyne y Bélgica. Y todos lo saben también. De Bruyne tiene 33 años; otro Mundial probablemente esté lejos para él. Esta es probablemente su última oportunidad de levantar un trofeo con su selección nacional, y para lograrlo va a necesitar toda la ayuda que pueda obtener, dentro y fuera del campo.

En consecuencia, no sorprendió verlo adoptar un tono inusualmente diplomático en sus entrevistas posteriores al partido la semana pasada, con De Bruyne simplemente declarando una y otra vez que el equipo necesita el pleno apoyo de los fanáticos en Dusseldorf, en lugar de atacar nuevamente a los seguidores.

En última instancia, todo dependerá de si Bélgica juega con el nivel de ambición que los seguidores esperan de un grupo tan talentoso de jugadores. Si no lo hacen, si otro torneo termina en una salida tímida, todo esto podría volverse tóxico, y el recuerdo perdurable del tiempo de De Bruyne en el campo internacional será la absurda imagen (y sonido) de un MVP siendo abucheado por los propios fans de su equipo.