Luego de doblegar a Bélgica en la semifinal del Mundial Rusia 2018, Antoine Griezmann no contuvo la emoción. Mientras varios futbolistas de la Selección de Francia levantaban las manos o se abrazaban entre ellos, el atacante se desplomó y comenzó a llorar.
El atacante del Atlético de Madrid se tiró en el césped para luego hincarse y comenzar a agarrarse la cara de incredulidad. Posteriormente algunos coequiperos se le unieron con el silbatazo final del árbitro Andrés Cunha.
El galo, que suma tres tantos en la competencia, venía de marcarle un tanto en los cuartos de final a Uruguay, equipo al que dijo querer. Ahora luchará por el cetro frente al ganador del Inglaterra vs Croacia.
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