Leo Messi lo tiene -casi- todo hecho en el fútbol de clubes. El sábado hasta se convirtió en el segundo jugador de la historia en marcar en cinco finales seguidas de la Copa del Rey, mérito que comparte con el legendario Telmo Zarra. Habiendo conseguido tantos récords prefiere que hoy sean otros los que puedan aportar goles al equipo y ante el Sevilla le cedió el honor de tirar el penalti que supuso el 0 a 5 definitivo a Philippe Coutinho.
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De hecho fue el brasileño quien forzó la pena máxima por manos del sevillista Lenglet y Messi no dudó en indicarle que sería el propio Coutinho quien resolvería la acción que él mismo se había ganado. No es la primera vez que Messi tiene gestos de esta clase. A menudo se los ha dado a Luis Suárez igual que se los daba a Neymar Da Silva cuando el uruguayo y el rosarino marcaban pero el brasileño no. Hasta le dio uno a Javier Mascherano para que pudiera decir que tras casi ocho años en azulgrana había logrado marcar un gol.
En esta ocasión el beneficiado de la generosidad del rosarino fue Coutinho, que se reveló como un magnífico tirador al ejecutar desde los once metros con firmeza un cañonazo prácticamente imparable para David Soria.
