El Sevilla vivió durante muchos minutos del domingo con la angustia de verse en el descenso pero cuando De Burgos Bengoetxea señaló el final del partido ante el Almería llenó sus metafóricos pulmones con una bocanada de aire puro.
Ahora este necesario respiro debe ayudarle a jugar con más poso y tranquilidad y seguir haciendo gala de la mejoría mostrada en 2023, en el que más allá de los nervios y la última mala racha, se ha convertido en uno de los mejores equipos en lo que a generación de ocasiones se refiere.
Sin ir más lejos, este domingo se fue empatando al descanso y marcando de penalti pero habiendo rematado en 17 ocasiones, con un 70% de posesión a su favor y 18 centros al área. En la segunda parte, el Almería mejoró pero aún así, el Sevilla remató 10 veces y los visitantes 11 aunque su dominio territorial y la claridad de sus ocasiones fue superior. Dmitrovic fue el que sostuvo al Sevilla y en el intercambio de golpes el equipo de Nervión se llevó el partido con un tanto de Lamela, que seguramente fue de los más celebrados del curso.
El tanto del argentino también tuvo mucho valor en el apartado anímico, ya que redondeó la primera remontada del Sevilla esta temporada y la primera en casi un año. Los sevillistas no habían ganado tras empezar perdiendo desde abril de 2022, también en el Ramón Sánchez-Pizjuán, ante el Granada (4-2). El dicho de "nunca se rinde" por fin volvió a tener sentido y el Sevilla gana tiempo para recuperar lesionados y certezas futbolísticas para terminar de amarrar la permanencia.