Arturo Vidal no salió del banco de suplentes del Barcelona en la derrota culé a manos del Athletic de Bilbao en San Mamés, que festejó eufóricamente por el gol de Iñaki Williams en los descuentos, cuando le ganó en el aire a Sergio Busquets al conectar el centro de Ibai Gómez, que dio un pase -había entrado al 89- y fue pase-gol (1-0).
El chileno estaba cantado, pues el Barça contaba con la iniciativa de atacar y se anotaba las mejores chances de gol. El partido estaba en cero y Setién renovó el equipo con Griezmann, Arthur y Umtiti, este último por la lesión de Piqué en pleno segundo tiempo y en el abductor. Pero no encontró los caminos al ansiado gol e hizo figura a Unai Simón con tres paradas fundamentales.
Y si se pensaba que el ex Bayer Leverkusen podía sumarse al ataque, su presencia (que adelantó en una maratónica recuperación) casi se concreta en la prórroga como eventual cuarto cambio. Iñaki dijo lo contrario. No hay semi de Copa del Rey ni fútbol para un Rey que va por su revancha personal el domingo en el Benito Villamarín, cuando Quique visite a su querido Betis.
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