En el Flamengo, la camiseta 10 suele pesar. Ya ha derrumbado expectativas, creado exigencias desmedidas y, en algunos momentos, hasta pareció maldecir a quien la vestía. Con Arrascaeta, sin embargo, sucedió lo contrario. El número histórico —que lleva la memoria de Zico y la responsabilidad de quien necesita decidir— parece haber encontrado en el uruguayo a su dueño ideal.
En medio del auge técnico y físico de su carrera, Arrascaeta vive una temporada que reúne títulos, récords y momentos personales intensos. Dos veces campeón en noviembre, padre en diciembre y protagonista en Catar, el uruguayo vive una relación definitiva con la idolatría rubro-negra.
Este escenario ayuda a entender por qué un elogio venido de dentro del propio elenco ganó peso. Al comentar el tamaño de Arrascaeta en el fútbol brasileño, el lateral Guillermo Varela no escatimó al compararlo con el mayor ídolo de la historia del club.


