Universidad de Chilecomenzó el partido con la responsabilidad histórica: ganar, pero aquella necesidad de puntos estaba acentuada por las últimas dos derrotas que le desequilibraron confianzas y la hicieron dudar de su funcionamiento. La Serena, el más apremiado por el descenso, fue directo sin contar con la pelota y le generó bastante peligro a un Fernando de Paul que evitó una goleada aún más amplia contra la UC en el clásico y que volvía a sobresalir al ser requerido.
Kevin Medel impactó el poste con un disparo desde fuera del área, De Paul amagó el tiro libre colocado a la escuadra de Jaime Valdés y, también de balón muerto, Seba Leyton casi apuntó la meta de Tuto, quien completó el recorrido y alcanzó a cubrir el palo. Era todo de la papaya salvo un cabezazo de costado de Joaquín Larrivey, el mismo que abrió el partido -vía penal- en la hora de juego, tras una barrida de Leyton frente a la arremetida de Gonzalo Espinoza. El máximo artillero del certamen local celebró por undécima ocasión al apuntarle con precisión al centro de la meta de Zacarías López.
¿Cómo sigue el calendario azul?
Tras el despido de Francisco Bozán, y la danza de nombres que rondan la cuarta región, Óscar Correa puso en cancha a un equipo lógico. Como explicó antes del fútbol, quería que todos los elegidos se sintieran cómodos en la posición para la que eran requeridos. Y logró fluidez pero siguió chocando con De Paul.
El plantel laico, nombre por nombre
Larrivey conquistó su doblete con su testa -llegó a 12- y en los descuentos le pivoteó el 3-0 a Nico Guerra. Esto, después del penal que De Paul le contuvo a Chupete Suazo, que no pudo hacer historia en Ñuñoa. El León se volvió a meter en la pelea directa por la Copa Libertadores modificando un par de piezas claves y lo hizo con una goleada que ayuda en todo sentido.