El Barcelona se quedó sin ganar en casa por primera vez en la presente temporada en todas las competiciones en el Camp Nou tras empatar a dos ante el Celta de Vigo.
Ernesto Valverde repitió con el 4-4-2 con Paulinho, Rakitic, Busquets e Iniesta y consiguió dominar la posesión y el juego a través del fútbol combinativo que aportaban su póker de centrocampistas. También generó ocasiones claras de gol pero le faltó eficacia ofensiva y defensiva y eso lo aprovecharon los gallegos para acabar sacando un valioso punto donde nadie había puntuado desde diciembre de 2016.
Los catalanes dominaron el 65% de la posesión y consiguieron que sólo el 9% de sus acciones fueran cerca del área de Ter Stegen. El dominio de la posesión llevó al Barcelona a combinar con 749 pases con una altísima precisión del 87%. El Celta con el 35% de posesión llegó a combinar en 403 ocasiones.
Su dominio del juego también se tradujo en un dominio de las ocasiones, ya que el Barcelona hizo casi el doble de tiros que su rival con 15. Sin embargo, los locales estuvieron faltos de acierto, ya que sólo 5 de ellos fueron a puerta y dos de ellos acabaron en gol. Por su parte, el Celta sólo tiró 7 veces pero 3 de ellos fueron a puerta y 2 a la red de Ter Stegen, que en el otro disparo hizo una parada memorable a Maxi Gómez.
Prescidiendo del 4-3-3 y, por tanto de un delantero, el equipo de Valverde basó buena parte de la profundidad de su fútbol en las subidas por la izquierda de Jordi Alba y su conexión con Messi. Por la izquierda llegaron los dos goles y el segundo fue a pase del lateral catalán. El 40% de los ataques llegaron por ese carril.
Sin embargo, el hueco que dejaba Alba con sus subidas también lo aprovechó el Celta para generar sus ocasiones de peligro a la contra. El 47% de los ataques vigueses llegaron por la derecha y guiados por Iago Aspas, los dos goles nacieron por esa banda y en el 2-2 Umtiti se lesionó cuando trataba de cubrir la ausencia de Alba, que fue clave en ataque pero también dejó huecos atrás.