El futuro de Kylian Mbappé (22 años) entra en su fase decisiva, ya a menos de un mes de poder comprometerse con el club que desee. Y ese, desde niño como recoge su comic biográfico y hasta el verano pasado, ha sido un Real Madrid que le espera con la ilusión de los fichajes de 2009 o de la primera Era Galáctica de Florentino Pérez.
Nunca antes le había costado tanto una contratación al presidente, ni en aquellas noches de infarto cerrando llegadas como la de Ronaldo según bajaba la persiana del mercado. Y nunca antes ningún equipo había 'rechazado' 200 millones de euros, existiendo además la predisposición para subir la cifra, por un futbolista que terminaba contrato menos de 365 días después.
Ni siquiera se concebía que eso pudiera ocurrir, una anomalía fruto de la economía propia de los clubes-estado. Por eso en el Santiago Bernabéu se vivieron semanas de impotencia en agosto, víctimas de un desenlace que algunos directivos, al contrario que Florentino, vaticinaban. Pero no sólo en Concha Espina se pasó un mal trago: también en París.
Mbappé vivió momentos muy desagradables, sometido por un cuadro de estrés tan grande que, cuentan quienes conocen la situación, le sobrepasó y le paralizó. El joven tenía dos objetivos que iban de la mano: marcharse al Real Madrid y hacerlo dejando una suma generosa en la caja del PSG, una entidad hacia la que siente mucho cariño y agradecimiento. El delantero tocó fondo en un punto muy concreto, cuando su presidente, Nasser Al Khelaifi, aseguró en 'L'Équipe' aquello de "se va a quedar en París, nunca lo venderemos ni saldrá gratis". El campeón del mundo con Francia sufrió mucho, se sintió como atrapado.
La frase que señala el camino
Tiempo después, el 6 de octubre, en una charla en 'Le Parisien', su madre deslizó un mensaje crucial, en una declaración que en España sonó tan a frase hecha que casi pasó desapercibida... pero que iba con toda la intención. "Para Kylian decidir entre quedarse en el PSG o ir a Madrid es un poco como elegir entre papá y mamá". En esa misma publicación, la madre del crack reconocía abiertamente que había aconsejado a su hijo vestir de blanco y que el padre se decantaba por permanecer en el Parque de los Príncipes...
La postura del Real Madrid es de máxima cautela. El trabajo está hecho y se centra el foco en saber actuar como procede, tratando de no enfadar (más) al PSG, que comunicó su malestar en privado en julio y en público en agosto, ni a los organismos que rigen el fútbol. Cada día sin renovar se celebra y se subraya la fortaleza y la entereza del atacante. El momento se acerca.