El Atlético de Madrid no puede caer en más ocasiones si quiere alcanzar la próxima edición de la Champions. Tras la derrota ante el Levante, el futuro de Simeone saltó a la palestra, y rápidamente el consejero delegado de la entidad, Miguel Ángel Gil Marín se puso en marcha. Tras una comida con el entrenador, y el director deportivo, Andrea Berta, se transmitió el apoyo en el entrenador, y después, el CEO habló con la plantilla para transmitirles el refuerzo moral del club.
El encuentro ante el Osasuna supone un punto de inflexión para el final de la temporada. Después de unos meses muy complicados, de zozobra, el Atlético tiene la obligación de ganar para poder seguir en la pomada de la lucha por la Liga de Campeones. El choque en El Sadar es uno de los momentos en el que los jugadores deben dar el paso adelante que tanto pide una afición cada vez más preocupada con el rumbo del equipo.
La solidez y la concentración deben ser claves
Este encuentro debe suponer un nuevo comienzo para un Atlético que se encuentra en plena marejada. Más teniendo en cuenta que el próximo día 23 se disputa la ida de octavos de final de Champions ante el Manchester United. Un rival complicado, y más sabiendo que llega Cristiano Ronaldo, un jugador que tiene al cuadro colchonero entre sus víctimas favoritas.
La Liga es el torneo de la regularidad, y para poder estar entre los mejores, el equipo de la capital de España debe recuperar sus señas de identidad. La solidez defensiva, la concentración, el salir a los partidos como si fuera una auténtica final cada uno de ellos…
Estas son solo algunas de las cualidades que los hombres de Simeone, por unos motivos u otros, han perdido esta temporada, y que deben recuperar cuanto antes si quieren estar entre los mejores equipos del Viejo Continente la próxima temporada, y, sobre todo, aumentar el nivel, ya que todos los conjuntos aumentan su rendimiento cada vez más.
El tiempo pasa, y cada vez quedan menos oportunidades para que el vigente campeón de Liga pueda mostrar su mejor cara en el torneo doméstico. Las jornadas pasan, y las sensaciones son cada vez más preocupantes. En las manos del cuerpo técnico y la plantilla están las opciones de poder estar en Europa y poder demostrar que son capaces de lo mejor.
De lo peor ya se han encargado en los últimos tiempos. La situación es reconducible, pero los partidos son cada vez más escasos, y las oportunidades menores.
Ganar, ganar, ganar y volver a ganar: eso es el fútbol.