La jornada del domingo fue memorable para el boliviano Wálter Flores, había logrado lo que pocos entrenadores o asistentes técnicos bolivianos hicieron, consagrarse como campeón en el fútbol del exterior.
Flores, quien llegó de la mano del español Beñat San José a filas de Universidad Católica, alzó el trofeo máximo del fútbol chileno a poco menos de dos años de haber dejado el fútbol activo.
Ahora el pensamiento de Flores está en seguir creciendo en la Universidad Católica, en la que tiene contrato por un año más, y después dirigir a Bolívar el cual es uno de los sueños que tiene el orureño.
“Es mi sueño. Yo deje el fútbol pensando que algún día pueda ser el entrenador de Bolívar. El tiempo lo dirá”, dijo Flores a su arribo al aeropuerto de El Alto.
El excapitán del equipo celeste es uno de los históricos del club, a los días de dejar el fútbol activo fue puesto como asistente técnico para que de a poco vaya formándose para ser un futuro entrenador.
Próximo partido
Flores anunció que este tiempo lo dedicará a su familia antes de retornar a Chile, piensa pasar las fiestas de fin de año en Oruro y de ahí alistar la pretemporada en la Universidad Catolíca.
“Mi futuro inmediato es pensar en la Católica, tengo contrato por un año más y se viene la Libertadores, hay que armar un buen equipo y ojalá que al año todo nos salga bien”, agregó Flores.
El orureño, que vistió las camisetas de Oruro Royal, San José, The Strongest y Bolívar, hizo historia el pasado domingo al ser el primer boliviano en ser campeón en Chile como integrante de un cuerpo técnico.
“No todos los días un boliviano sale campeón en Chile. Salir campeón en otra parte, lejos de tu país, es doble mérito. Tuve la suerte de ser campeón en un gran equipo, espero que al año se pueda repetir este logro”, sostuvo el boliviano.
