Años han pasado desde el pitazo final entre Brasil y Colombia en 2014, desde aquel entonces y tras anunciarse el retiro de Mario Alberto Yepes de la Tricolor, la hinchada reclamaba con insistencia la aparición de un nuevo líder, ese que habla dentro del terreno de juego, que discute cada decisión y que es capaz de encarar al rival para bien o para mal.
Ante Perú, Falcao demostró tener esa casta, si bien no es un jugador que se caracterice por hablar mucho, tomó la batuta a la hora de organizar a sus compañeros, pedirles calma y cabeza fría para no repetir la pesadilla vivida ante Paraguay. El Tigre se convirtió en el verdadero capitán de la Selección Colombia.
Parte de su actuación, al parecer, consistió en meterse en la mente de sus rivales, Falcao causa polémica en las prensas chilenas que le acusan de arreglar el resultado con Perú, algo que tendría lógica si a Chile no lo hubiera goleado Brasil, si la tabla hubiese variado en tres minutos de juego y si los intereses de Cafeteros e Incas no hubiesen confluido de una manera tan casualmente conveniente.
De ser cierto que Falcao le insinuó a los jugadores peruanos que bajaran una marcha para quedarse con el repechaje, entonces es un acto más dentro de un partido de fútbol, basado en las circunstancias, no se puede hablar de arreglo cuando todo sucedió en el mismo momento, teniendo en cuenta que el grupo de Perú tiene libre albedrío y que a falta de tres minutos, con l sueño en el bolsillo, no valía la pena tentar más a la suerte.
¿Fue Falcao un diplomático o un pícaro?, la historia lo habrá de juzgar, por ahora lo único cierto es que el samario tomó las riendas de su selección, se hizo sentir y más que las imágenes de los últimos minutos, sigue hablando con goles y fútbol de clase mundial.
