Ya dijo Antonio Conte, antes del sorteo de los octavos de final de la Champions League, que "el único equipo al que no quiero es al Barcelona". Como suele decirse, el técnico del Chelsea tuvo ración doble de Leo Messi, el jugador que desde hace una década convierte al Barcelona en favorito para todo a pesar de que no siempre logre confirmar tamaña expectativa.
Porque existe la sensación entre la torcida azulgrana de que todo lo que no sea ganar la Champions League mientras Messi vista la casaca barcelonista es una temporada desaprovechada, una campaña fallida. Que el Real Madrid haya sido capaz de ganar más títulos continentales que el Barcelona en la era del rosarino es algo que escuece entre la afición del Camp Nou, consciente de que un jugador como Messi es irrepetible.
FC Barcelona: calendario, resultados y partidos en la temporada 2017/18
Y más irrepetible es que haya crecido educado, futbolísticamente hablando, en la manera de entender el juego que tiene el Barcelona. Es él quien marca la diferencia desde hace más de una década. Es él el santo y seña de un Barcelona que, también gracias a él, se sabe el rival a evitar por todos el próximo viernes. No aprovechar su presencia para ampliar el palmarés de forma exponencial es un error que el barcelonismo lamentará cuando se haya retirado. Estos no son tiempos normales. Son los tiempos de Messi.